Siempre me lo estoy diciendo y siempre se me olvida.
La única identidad que me da estabilidad es la de intersexual, pero como adjetivo, no como nombre.
Las otras dos, dichas a secas, la de mujer o la de hombre, acaban produciéndome tensiones. La de mujer, porque no me hallo, es territorio extranjero, y la de hombre, porque entonces no me explico fácilmente por qué estoy estable con que mi cuerpo sea como es, o por qué me fastidiaría que mi cuerpo volviera a ser de hombre o por qué me resistiría, como gato panza arriba, a tener que entrar en un aseo de hombres.
En mí, la palabra intersexual significa entre dos aguas y tiene un brillo metálico.
Entendiéndola de cerca, significa en mi caso varón poco definido.
Pero de tal manera, que lo de poco definido define fundamental y exactamente lo que soy y cómo me siento, lo que me da algún atractivo, lo que me hace ser como el Tadzio de "Muerte en Venecia", ambiguo, de bellos brazos y bellos gestos, digno de amor, lo que más necesito.
2 comentarios:
Querida Kim,
Yo ha ese estado lo llamo mestizaje sexual, y mestizaje cerebral, en definitiva, e lugar de intersexo me autodenomino mestiza sexual y/o cerebral
Un beso
Me encanta que lo digas, también se puede decir como tú lo dices y es hasta más bonito.
Otro beso,
Kim
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