jueves, febrero 26, 2015

EL PAPA CATÓLICO SE HA PRONUNCIADO CONTRA LA TEORÍA DE GÉNERO, NO CONTRA LA TRANSEXUALIDAD


Kim Pérez

Leí el otro día en facebook la noticia de que el Papa católico había dicho que las personas trasexuales éramos armas nucleares contra el orden de la creación.

Pensé que era terrible que en nuestras existencias socialmente acosadas, pero que ya empiezan a ganar el respeto que necesitamos, hubiera una interferencia de una autoridad moral que deshiciera parte de lo ya hecho, y nos obligara a un nuevo esfuerzo desmesurado.

Y especialmente en América Latina, donde la religión está más viva que en Europa, y donde  tantas familias podían encontrar un pretexto más para rechazar sobre todo a sus hijas trans y tantos desconocidos callejeros para golpearlas o matarlas.

Para colmo, el Papa contradecía su propia posición de hace unos días, al recibir a un trans extremeño y a su novia, lo que hacía pensar que un hecho y otro fueran erráticos, irreflexivos, sin tomar en cuenta ninguno de los datos que se van consiguiendo en el ámbito de la biología y la psicología para entender la transexualidad.

Y sin pensar en las consecuencias tremendas de una toma de posición papal tan impactante sobre una cuestión que para una minoría es tan seria como lo son las causas de la transexualidad.

Pensando en todo esto me puse a escribir este artículo.

Lo primero era leer con detalle las propias palabras del Papa, que figuran  en una entrevista concedida a Tornielli y Galeazzi, integrada en un libro que sigue sus enseñanzas y se llama “Papa Francisco: esta economía mata”, y son éstas:

“Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador. La verdadera custodia de la creación nada tiene que ver con ideologías que consideran al hombre un accidente, un problema al que eliminar“.

Veo que no habla de las personas transexuales, sino de la teoría de género, que son dos  temas completamente diferentes: las personas transexuales  son una realidad humana; la teoría de género es una escuela de pensamiento, nacida en el feminismo de la igualdad, que se refiere al conjunto de las relaciones entre hombres y mujeres, y no sólo a la transexualidad, y que no es aceptada por otras escuelas feministas, aunque en algunos países, como España, hoy sea la preponderante académica y socialmente.

Por ejemplo, es muy posible que una persona sea transexual y siga una escuela de pensamiento distinta de la teoría de género. Así soy yo, por ejemplo, en un punto crucial: yo creo que la transexualidad está muchas veces condicionada por la biología (nobinarismo o variabilidad biológica), mientras que la teoría de género enfatiza las causas sociales, culturales y políticas, que unifica en la función del patriarcado.

Lo curioso es que yo también puedo aceptar esa función, sin dejar de pensar en las variantes biológicas, y en esa parte yo no necesito más política que la libertad de expresión. Pero la teoría de género, por basarse sólo en lo social y cultural, es a la vez una teoría política.

En resumen, en este fragmento, el Papa no habla de las personas transexuales, sino que se posiciona contra la teoría de género, que se refiere a hombres y mujeres en general.

Por mi parte, aunque reconozco la aportación de la teoría de género a la distinción entre sexo (biológico) y género (social y cultural), que ha sido muy útil para las personas transexuales, no estoy de acuerdo con la versión extremista de la teoría de género, que reduce todo el sexo al género, y llega a no hablar de sexo, sino sólo de género, es decir, de cultura.

Francisco ataca esa  teoría, porque sus consecuencias son no tener en cuenta la dimensión biológica de los hechos del sexo, y sólo la dimensión cultural. Tengo que estar de acuerdo con él en este punto: la teoría de género, al vernos sobre todo como cultura, tiende a vernos como espíritus puros, como ángeles o demonios, no como hemos sido definidos clásicamente: como animales racionales. O racionales (género) y animales (sexo)

Concretaré más. El Dr John Money fue la base de este punto de vista al mantener que toda la conducta sexual era “nurture” (educación) y no  “nature”, es decir, género y no sexo. Se le presentó la ocasión de comprobarlo cuando se produjo el caso “John/Joan”. De dos hermanos gemelos, al ser circuncidados ¿u operados de fimosis? , de bebés, uno de ellos sufrió una amputación casual del pene. El Dr Money, de acuerdo con sus hipótesis, sostuvo que bastaría con educarlo como niña para hacer de él una niña, y así se intentó. Pero al crecer, el chico mantuvo que era un chico, y luchó contra el sexo impuesto, y recuperó una identidad masculina.

La historia terminó mal para los dos gemelos, porque ambos se suicidaron. Pero como el que fue educado como varón también se suicidó, no cabe sacar más consecuencias que el que fue educado como mujer, era varón no por sus genitales, sino por su cerebro, una tesis muy sentida por las, los y les transexuales.

Pues bien, la hipótesis de Money coincidía con las de la teoría de género, pero ésta no ha sacado las consecuencias de que, al menos en aquel caso, la hipótesis fallara, porque, pese a una educación femenina, el chico mostró que su realidad era masculina (afirmación muy transexual)

O sea, que la realidad transexual está en contra de la teoría de género y no la afecta el posicionamiento papal contra la teoría de género.

Yo creo que está equivocada profundamente cuando pretende terminar educativamente con la diferencia de sexos, llamándola diferencia de géneros (es decir, cultural)  Por eso, la parte del feminismo que la preconiza se llama feminismo de la igualdad, a la vez que hay otras partes del femininismo como el feminismo de la diferencia o el transfeminismo (de la variabilidad, pero de la variabilidad de las diferencias, no de una igualdad homogénea)

No soy ya católica, aunque he sido educada en el catolicismo; me sitúo en un profundo monoteísmo, más judío o incluso islámico que cristiano, aunque entiendo a Yeshua como un místico del amor.  Quiero decir, que me las arreglo para estar en desacuerdo con todas las agrupaciones y para pensar por mi cuenta, lo que no le gusta a casi nadie de los agrupacionistas.

Esto me ha pasado también hoy. Iba a escribir contra el Papa Francisco y he escrito contra la teoría de género. O sea, que supongo que lo que he escrito sólo les gustará a quienes sepan que la distinción entre la verdad y el error la hacen a fin de cuenta nuestras propias cabezas, las mismas que son las únicas que pueden decir si eres de verdad hombre o mujer o ambiguo.







domingo, febrero 08, 2015

DESTINO


Kim Pérez


Hay partes de tu vida en las que consigues salirte con la tuya. El Destino es la parte de tu vida que va contra tu voluntad y después de todos los esfuerzos que haces para cambiarlo.

De modo, que el Destino existe. Lo ves, y te parece que tiene cierta lógica. Hay una imagen de la vida que hubieras deseado y otra imagen de la vida que es real. Hay quienes consiguen que se superpongan, y creen que su vida es obra suya. Hay otras personas que las vemos tan separadas, que vemos claramente el Destino. 

Ésta es nuestra ventaja.

Lo vemos tan fuerte, tan coherente, que nos podemos imaginar que es obra de alguien más fuerte que nosotros, que está a nuestro lado, y que se sale siempre con la suya. A veces, a nuestro favor, sorprendiéndonos agradablemente, y yo diría que más veces, fastidiándonos.

A veces lo llamamos el Tío Paco con las Rebajas, que estragan nuestros sueños. Como yo tengo una visión muy dura de la Inteligencia que está en el fondo de todo, le llamo Dios, y pienso lo natural: que él sabrá mejor que yo a dónde me lleva, aunque rabiando.

Por ejemplo, a estas alturas de mi vida me asombra el inmenso fracaso de mi vida sentimental. He conseguido, desde luego, dos cosas importantísimas para mí: salir del armario y operarme. También he conseguido, a partir de eso, tener algunos amigos y amigas que me quieren y a quienes quiero. Y sé que no es poco, aunque la mayoría estáis lejos.

¿Pero he conseguido vivir desde joven como trans? No. ¿Y ser aceptada como mujer, aunque haya sido en la madurez? No. ¿He conseguido enterarme siquiera de lo que es sexo, hasta el fondo? No. ¿Y he conseguido que alguien me vea como yo quería y me quiera, que era una de las ilusiones mías más grandes? No. ¿Que me desee? Anda ya.

Entonces, éste es mi Destino, porque hay que ver lo que he luchado contra él, y el balance de consecuciones y de fracasos es el que digo. Eso me tiene muy triste, sin más ilusiones, porque ésas, son las que han fracasado.

Me pongo a intentar comprender para qué es todo eso. Para lo que ha servido mi Destino es para hacerme pensar mucho sobre la vida. Es como un diálogo un poco amargado con Dios, que una vez me dio una sorpresa divertida, que sólo él podía darme, pero que muchas otras veces tiene que consistir en decirle "¡Qué pocas alegrías me has dado!" Y ya, sabiendo más, "¡Qué pocas alegrías le das a la gente que tengo a mi alrededor!"

Y, finalmente, "dime por qué".

DIOS ES MALO Y LO CONTRARIO


Un empeño filosófico es buscar la unidad de la realidad.

La Física, como división de la antigua Filosofía, busca en efecto la Teoría Unificada de la Relatividad y lo Cuántico; cuando la encuentre, y dado que lo Cuántico incluye la función del Observador, tendrá que llegar a una Teoría Unificada de lo Observador y lo Observado… O de la función Sujeto y la función Objeto…

El razonamiento humano procede mediante análisis que escinden la realidad y luego síntesis que la reunifican en un nivel mayor del conocimiento. 

Lo que en lenguaje filosófico se puede llamar la Última Síntesis será lo que en lenguaje teológico (pero griego) se llama Zeós o Dios. La traducción de lo teológico a lo filosófico exige limpiar este concepto de adherencias míticas y rituales.

Los humanos no podemos renunciar a buscar esa Última Síntesis, por tanto la Unidad de la Realidad.
Sabemos ya que el Universo entero habla el lenguaje de la misma Lógica que ya descubrieron los griegos. Está unificado por tanto, es inteligible unificadamente, puede ser entendido con la Lógica que tenemos, puede ser comprendido y cuando lo comprendamos será cuando veamos la Última Síntesis; éste es el sentido de nuestra existencia.

Entender por qué nosotros, Sujetos, estamos amenazados por tanto dolor y por la muerte; entonces, en esa Última Síntesis, resolveremos nuestro misterio.

El Zeós que se anuncia en la Última Síntesis tiene que ser, lógicamente, la unión de tanto dolor y de las alegrías que nos vamos encontrando; tendrá que unir, más aún, el mal y el bien que se encuentran en el alma de los humanos. El mal, lo que nos daña; el bien, lo que nos conviene.

Miramos la Realidad, el Universo y lo que haya más que el Universo, y vemos por todas partes ese daño, ese mal. Los animales estamos hechos para alimentarnos de los vegetales y de los otros animales. Nuestra vida, nuestro bien, es daño para otros y no puede dejar de serlo. Por eso, los colmillos, las garras, los cuernos, no los hemos inventado nosotros. Estaban, cuando nosotros llegamos. 

O las grandes extinciones por los asteroides que golpeen nuestro planeta u otros en los que haya vida.
La Última Síntesis tendrá que poner todo ello, junto, para darle sentido al Universo. Pero la buscamos, eso quiere decir que confiamos en encontrarla. Nuestro pensamiento, en lo que vamos viendo, tiene sentido porque vamos descubriendo hechos transcendentales y porque vemos que se ajusta a la naturaleza del Universo.

Pensamos en lo que tenemos que hacer mañana, porque pensar tiene sentido; o pensamos en todo el Universo y más allá del Universo, porque esperamos que nuestro esfuerzo en pensar tenga sentido.

La Última Síntesis, el Zeós, tiene que estar más allá de todas las distinciones. Los humanos estamos sujetos a una de esas distinciones, porque estamos sujetos al bien y al mal, lo que nos fortalece y lo que nos daña; es natural, como hace el Cristianismo, hablar del camino del amor y no del odio, e insistir en que el Zeós es finalmente bueno para nosotros; pero tendría que dejar claro que Dios no es un Anciano bueno como Papá Noel, puesto que nos hace y nos deshace, nos fortalece y nos daña, mucho, nos construye y nos destruye; pero la Última Síntesis tiene que referirse a lo que esté más allá del bien y del mal, más allá de quien ve y lo que ve (nosotros como sujeto y del objeto que miramos), será lo que nos deje sin palabras, porque todas las palabras son distinciones, lo que nos hará sentirnos en la Gloria, porque la Gloria está más allá del Gozo y del Dolor.

lunes, febrero 02, 2015

LA GLORIA


Kim Pérez

La hipótesis fundamental es que no es la materia la que sostiene el pensamiento (materialismo), sino el pensamiento el que sostiene la materia.

¡Bravo! Pensadlo un momento:  cuando miro alrededor, estoy viendo un pensamiento.

¡Matrix!

Bueno, esto está comprobado. Pitágoras, Galileo, ya se dieron cuenta de que en todo hay matemáticas. Las matemáticas son pensamiento. Están debajo de las apariencias. La ciencia consiste en buscar las matemáticas de la realidad.

Aunque todo es más complejo: porque la realidad física, natural, es que todo sigue como un proyecto matemático, pero no llega a ser exactamente matemático. Hay un residuo real.

Por ejemplo: los elementos de la materia tienden a reunirse en formas esféricas (matemáticas) porque hay un  centro de gravedad; por eso, los astros tienden a ser esferas; pero la realidad es que sólo tienden. Por ejemplo, la Tierra es una esfera achatada por los polos. Y encima, su superficie tiene arrugas: montañas, honduras, costas, todo irregular.  La erosión tiende a allanarlas en forma esférica,  pero las montañas se siguen levantando y siguen cayendo…

Las matemáticas son una tendencia, pero no toda la realidad. Si la realidad fuera enteramente matemática, todos los cuerpos serían exactamente iguales, no existirían singularidades como las que llenan el mundo.

No existirían individualidades, personalidades. Todos los humanos seríamos idénticos. Ni siquiera seríamos materiales, porque los objetos materiales no pueden ser exactamente iguales (decir la palabra exacto  es decir mucho)… Seríamos pensamientos puros, en un universo pensamiento puro, exacto, matemático…

Pero a la vez, es real el pensamiento que inspira esta realidad inexacta. Es como un proyecto: sobre el papel, lo proyectado pueden ser paredes exactamente de cuatro metros. Al construirlas, con ladrillos, cemento, revestimiento, pintura, etc, una es de  3m 994mm, otra de 4m 001 mm… Aproximadamente, de cuatro metros. Esa pequeña diferencia la convierte en real.

Aunque también el pensamiento  o proyecto la hace real. Los pensamientos son lo pensable, lo que tiene un orden, una regularidad, una lógica. Nosotros vemos que lo pensable viene de alguien que piensa, nosotros, en nuestro caso.

Pero si el Universo entero es pensable, aunque sea en parte, nosotros no lo hemos pensado. ¿Habrá alguien que lo haya pensado? ¿O será que el Universo se piensa a sí mismo como yo me pienso a mí misma?

Aunque, si me paro un poco, yo no me pienso a mí misma entera. Yo pienso mi pensamiento, no pienso mi materia. De hecho, yo no sé lo que es mi bazo, ni lo que está haciendo mientras estoy escribiendo. Es una parte de mí, pero no soy yo.

¿Quien piense el Universo sería sólo una parte del Universo? ¿Y el resto, la singularidad, de dónde habría venido? ¿Dos partes distintas?

La única respuesta que se me ocurre es que todo lo que sea dos, tiene un uno antes. El razonamiento humano quiere encontrar el uno que unifica todas las realidades, y a la vez es la base de todas las diversidades.

Llamémosle la Realidad. Y recordemos que está más allá de toda diversidad. Incluso, no se puede definir, porque definir es poner límites, decir lo que algo es y lo que no es, una parte de dos, yo y no yo, tú y no tú.

Y estamos hablando de lo que es uno. Más allá de todo lo que es diverso, de todo lo que es disperso, de todo lo que se puede definir.

¿Hay en el mundo generalidades, aspectos comunes a una parte de los seres, hay singularidades, aspectos únicos de cada ser que le hagan existir, ser distinto de cualquier otro? Si yo tengo un perro, y lo quiero, y se muere, y llega a mi vida otro aparentemente igual, no será el mismo, sino otro, otra vida.

Pues lo uno es lo uno, más allá de todo. Distinto de todo y en la base de todo. No se puede ni imaginar, en este mundo en donde ver, es distinguir, diferenciar.

Más allá en particular del bien y del mal. El uno no es bueno ni malo, es otra cosa. ¿Qué es? No me lo puedo imaginar.

Supongo que se parece, como los misterios del Rosario, a los de Gloria, más allá de los de Gozo y de Dolor. Normalmente, nuestra vida se divide en gozos y dolores. Pero si llegamos a ver la Gloria, sabremos que está más allá de las alegrías y de las angustias, lo que más se le parece, en la experiencia humana, es cuando una gran tristeza nos lleva a otra dimensión, maravilosa, y reímos y lloramos a la vez.

¡Estar en la Gloria!

Está claro: si el uno está más allá del bien y del mal, el bien y el mal, que son dos, vienen del uno. Dios y el Demonio vienen de uno. Dios es un aspecto benéfico, el Demonio es un aspecto maléfico, pero ambos aspectos vienen de uno sólo y distinto de ambos.

Démosle un nombre más: El uno es la Realidad Absoluta, la Realidad sin distinciones.Todo lo que hay, todo lo que existe. Lo que conocemos y lo que no conocemos. Lo que está más acá de las distinciones y lo que haya más allá.

Los humanos nos encontramos, de momento por lo menos, más acá de las distinciones. Yo soy yo, tú no eres yo, estoy consciente o inconsciente, etcétera

Para nosotros sí hay un bien y un mal, una distinción. El bien es lo que nos ayuda a existir, el mal lo que nos daña. La ley de nuestra lógica nos dice que debemos  buscar el bien y eludir el mal.

Hay para nosotros un bien. La Realidad absoluta nos llama por el camino del bien, aunque ella misma esté más allá del bien y del mal. Nos deja ir por el camino del mal, si queremos, pero como es lo que nos daña, sufriremos.


El bien es por ejemplo el amor, la ternura, la entrega. El mal es el odio, el egoísmo, la crueldad. Pero el uno está al final de ambos. Por el bien, se sufre, pero se goza, serenamente. Por el mal, se goza, pero se sufre, angustiosamente. La Gloria de la Realidad debe estar al final.