viernes, agosto 24, 2012

Deconstrucción de la sexualidad




  1. Un capítulo nuevo para "Transexología práctica"

    DECONSTRUCCIÓN DE LA SEXUALIDAD

    Por Kim Pérez

    Desde la mitad del siglo XX viene viéndose como se deshace la anterior visión de la sexualidad como una realidad compacta, para dejar lugar a la visión de una realidad articulada.

    La compacidad de la sexualidad hacía pensar que era tan natural que los varones fueran masculinos y amasen a las mujeres como que éstas fuesen femeninas y amasen a los varones. Todo eso se daba en un contexto de extrema represión de la sexualidad, que impedía hablar libremente de toda ella, excepto de sus manifestaciones más platónicas o idealizadas.

    Ya sabemos que fue el movimiento homosexual el que creó la palabra “heterosexual”, que permitía objetivar esa realidad normativa y ponerla en perspectiva junto a otras.

    De la misma manera, fue la vida de cada día de otras personas, en principio sin nombre, la que fue creando las condiciones de la mayor deconstrucción de la sexualidad. Siempre, pese a todos, algunas personas habíamos decidido vivir cruzadamente respecto a nuestro sexo (Hacia 1954 busqué ansiosamente en la Enciclopedia Espasa una palabra que me definiera, sin encontrarla)

    Fuera de las palabras (o conceptos o etiquetas) se podía vivir más libremente. Lo que había en común entre muchas personas cuyas experiencias eran sin embargo bastante distintas era el cruce decidido respecto al sexo fenotípico, el olvido de la compacidad. Miles de personas lo venían haciendo desde hacía milenios, expresándose mediante los medios de que se dispusiera: en culturas desnudas, era trabajando cruzadamente, o cortándose el cabello cruzadamente; en otras, mediante el vestido y la pintura; en unas pocas (Roma, India), mediante la emasculación, con riesgo de muerte. Todo ello quedaba subsumido en la extrema marginalidad respecto a la norma o en el más severo de los armarios.

    En 1952, en gran parte de Occidente (no en el ámbito de la dictadura de España) se habló ampliamente de Christine Jorgensen, que se había hormonado por primera vez (y por cuenta propia) y se había operado por el doctor Christian Hamburger, en Dinamarca. Empezaba a conseguirse cierta respetabilidad, para nuestras decisiones. Poco a poco empezaron a crearse conceptos o etiquetas, que conformaron una jerarquía de cambios, que afectaba a la valoración e incluso a la autoestima social, y por tanto podía dar lugar a decisiones por autoestima o prestigio, no profundamente motivadas.

    Sin embargo, había una notable variedad en las decisiomes personales. Unas personas, minoritarias, deseaban un cambio quirúrgico y social, y fueron llamadas transexuales (Cauldwell, en los cincuenta, Benjamin, más profundamente, en 1966; la palabra se difundió por todo el mundo) Otras personas, mayoritarias, deseaban el cambio hormonal y social, pero no necesitaban el quirúrgico de genitales, y fueron llamadas transgenéricas, o bien no deseaban más que el cambio social, permanente o esporádico, y fueron llamadas travestis o transvestistas. Ni siquiera ha sido recogido que otras personas, una extrema minoría, en la que me encuentro yo, deseamos el cambio quirúrgico de genitales, pero no el cambio social, o podríamos conformarnos con un cambio social que reconociese lo ambiguo. No tenemos nombre todavía (2012); podríamos llamarnos transgenitales.

    En 1968, Robert Stoller, sobre la base de la experiencia de las personas transexuales, descubrió o conceptuó en su obra “Sex and Gender” la primera articulación en la realidad sexual humana, la distinción entre sexo y género; mostró que el sexo corporal no es lo mismo que el género conductual (e incluso que pueden estar cruzados)

    Esta afirmación fue fundamental para el movimiento feminista, puesto que permitió a muchas mujeres separar su sexo de un género que resultaba estar culturalmente limitado por una política patriarcalista represiva de unos treinta siglos (desde la Edad de Hierro)

    Si se consideraba que ser mujer era igual a ser ama de casa, en pocas palabras, las mujeres que no deseaban definirse como amas de casa serían menos mujeres. Pero la distinción entre sexo y género permitió ver que a una realidad como mujeres por sexo podía corresponder una infinitud de conductas de género. Por tanto, la liberación de la mujer estaba conseguida en su propia conciencia, paso previo a su liberación social.

    En el caso de las personas llamadas transexuales o transgenéricas o travestis, todavía mayoritariamente marginales o en el armario, todavía muy aisladas, lejos de cualquier planteamiento teórico, sin que supiésemos nada de estos planteamientos, estaba justificándose de hecho, en nuestras vidas, por iniciativa propia, por creatividad, nuestra propia distinción extrema entre sexo y género. No solo era que el sexo fenotípico pudiese quedar totalmente cruzado con el género, sino que era legítimo o comprensible intentar una reasignación del propio sexo fenotípico.

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    Otra deconstrucción de la compacidad tardó más tiempo en comprenderse. El punto de vista generalizado era que las mujers tenían que ser andrófilas y los varones ginéfilos (heterosexuales unas y otros) salvo homosexualidad entendida como anomalía o vicio.

    El feminismo, pensando ya en esas fisuras entre sexo y género, aprendió a pensar en diferencias entre sexo y orientación, o identidad y orientación. No era obligatoria la compacidad de las mujeres como andrófilas, heterosexuales. Esta compacidad era una obligación de la represión milenaria. Si se podía concebir que una mujer estuviera fuera de la función de género como ama de casa (si así lo prefería), también se podía concebir que una mujer estuviera fuera de la orientación heterosexual.

    Por tanto, también era posible concebirse como mujer (transexual) ginéfila, lesbiana. O bisexual. También los hombres (transexuales) podían ser andrófilos, y de hecho algunos empezaron a definirse como gays, o bisexuales. No fue fácil, ni inmediato.

    La transexualidad estaba siguiendo su camino hace siglos sin nombre y sobre un esquema tan simple como el de “anima mulieris in corpore virile inclusa” o una alternativa como “animus virilis in corpore femminile inclusus”. Quienes teníamos que abandonar la compacidad de los sexos, ansiábamos pasar a una realidad tan compacta como la que queríamos abandonar: en el caso de la no-masculinidad, pasar a una unidad orgánica, psíquica, erótica, afectiva, maternal, laboral (“sus labores”)… La feminidad era una, todas las mujeres son iguales, si yo quiero ser mujer, yo tengo que ser en todo como todas las mujeres.

    Entre las personas transexuales, este descubrimiento tiene fecha. Para mí (lo digo sin sentimiento, nada más que lo recuerdo por la importancia de la constatación) fue en una tarde en la que en un horizonte luminoso y melado, bajo unas nubes pesadas de tonos marrones, flotaban unas nubecillas más pequeñas, aisladas, como barcos; paseaba por el barrio del Zaidín, en Granada. Esa tarde asimilé la no/compacidad y pensé que me liberaba, aun sintiendo alguna desazón. Colectivamente, para las personas transexuales, esa fecha está en los ochenta.

    Desde entonces, treinta años después, esta lección es de cultura general trans. Lo primero que aprende cualquier persona trans, al incorporarse a nuestro ambiente, es que “identidad no es orientación”. Con este sencillo axioma puede entenderse a sí misma, si le es preciso, o a sus pares, en caso de que no los entendiere.

    No hay obligación de heterosexualidad. La sexualidad es y debe ser impetuosa, espontánea, fluida. Si una regla contradice esta impetuosidad, no puede ser regla. La prueba de que no puede haber una relación heterosexual fluida si una persona de las dos no es heterosexual es el efecto en la otra persona; una convivencia sexual sin deseo solo es posible si hay mutuo acuerdo en primar otras razones, como el afecto o el interés. No puede haber obligación, para quien no lo desea, de exponer a otra persona a su indiferencia.

    Tampoco hay obligación de filiación. No se puede tener hijos si no se quieren. Mi aversión a la masculinidad que rechacé fue tan intensa, que pensé que no podría tener hijos varones sin quizá aborrecerlos y que no podía arriesgarme.

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    En la actualidad, la deconstrucción de la sexualidad en los elementos que la articulan está llegando a ser usual en las vidas de los adolescentes y los jóvenes transexuales. Estamos a principios del segundo decenio del siglo XXI y ya llevamos sesenta años de liberación transexual.

    Hay personas transexuales de hoy que aspiran a llegar a una compacidad cruzada: pretenden ser mujeres femeninas y andrófilas u hombres masculinos y ginéfilos; pueden conseguirlo, incluso pasar inadvertidos en la masa de la población mayoritaria si la detención hormonal de la pubertad lineal se establece desde la adolescencia; sin embargo, que el procedimiento de cruce sea posible, asegura que su nueva sexualidad es posible gracias a la deconstrucción.

    Ésta es más visible en otras personas, a las que llamé hace tiempo “outers” o “outgenders”, palabra que solo se usó después en Japón, en paralelo. Estas personas juegan muy libremente con las articulaciones de la sexualidad y pueden llegar a no definir con precisión ni identidad ni género ni genitales ni orientación. Pueden ser ilimitadamente variables en cada uno de estos ámbitos, superando incluso las definiciones de la transexualidad. Pueden tener hijos con naturalidad (Thomas Beattie, precedido por los “hombres/mamá de Ecuador) Abren un futuro no delimitado, radicalmente deconstruido, en el que la estabilidad de la persona es sobre todo la de la conciencia de sí y la de su conducta moral respecto a otras personas.

viernes, agosto 17, 2012

Manualito de Subjetividad y Objetividad


MANUALITO DE SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD
Por Kim Pérez


Actualizado, 17 de agosto de 2012, con el epígrafe 5, Cosmología.


Puesto que es realista resumir en dos páginas los descubrimientos fundamentales de la Filosofía en general, debe serlo también intentarlo con los más discutibles de mi filosofía en particular. Lo intento aquí.

=1. INTUICIÓN DEL YO.

 Estaba en el corredor alto de casa de mi abuela y tenía diez años, cuando sentí con toda claridad: Yo soy yo.  Esta oración no es redundante, porque sus términos tienen significados distintos. Primer “yo”: yo, pensamiento; yo que veo; yo, distinto de todo; éste. Segundo “yo”:  yo, cuerpo; yo que estoy aquí y ahora. Descubro a la vez un espacio interior y otro exterior; lo que veo desde dentro y lo que veo desde fuera, sin poder entrar a la vez en su interior; lo primero, distinto de todo lo que veo fuera; yo subjetivo contrapuesto a todo el Universo objetivo.

Es un hecho que yo me siento como yo, sin adjetivos. Si me  muriese, no me extrañaria renacer diciendo “yo” en el sentido en que ahora lo digo.

Corolarios de esta afirmación: extraordinaria singularidad de lo que llamo “yo”; los totalitarismos no ven esta realidad interior, subjetiva, porque nos objetivan; la unicidad de cada persona, requiere el respeto que damos a todo lo que es único. Esta diferencia o distancia entre el yo sujeto y el yo objeto es una de las circunstancias que posibilitan la transexualidad en los seres humanos.

En la Física moderna, esta distinción entre Sujeto y Objeto corresponde a la relación entre Observador y Observado, de la que se prueba que no se puede observar sin modificar lo observado, lo que da, filosóficamente, prioridad al Observador sobre lo Observado.

=2. INTUICIÓN DEL UNO

Estaba sentado en el suelo de nuestro comedor jugando con una tartanita con su mulito de lata que me acababan de regalar. Me planteaba la cuestión de qué sitio tenía que dedicarle en mi corazón entre mis otros juguetes. De pronto deseé un juguete en el que poder poner todo mi corazón. Enseguida: en  el que descansar mi corazón. Enseguida: que valiese por todos, que los contuviese todos.

Este deseo del único es lo que lleva a la monogamia y al monoteísmo. Es el que, después de los análisis que fragmentan la realidad y dispersan la inteligencia, hace desear una síntesis en la que todo se reordene (como en la deseada Teoría Unificada de la Física, que sintetice las concepciones de Eintein con las de Planck y Heisenberg)

La Unidad que deseé ver debe de ser la del Sujeto unificando todo el Objeto,  Yo unificando el Universo, el Observador unificando lo Observado.

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=3. DEDUCCIONES DESDE LA LÓGICA

Tenía unos cuarenta años y estaba veraneando en nuestro Cortijo de Trabajaembalde cuando pensé que la Lógica estaba por encima de la voluntad humana, porque lo que es lógico manda sobre nosotros, nos guste o no nos guste.

Enseguida pensé que la Lógica estaba también por encima de la materia, porque las realidades materiales obedecen a formas matemáticas que no se pueden ver en su perfección pero sí pensar, acercándose a ellas pero sin llegar a igualarlas: por ejemplo, las abejas trazan hexagonoides, los astros, esferoides; sus órbitas, elipsoides; y muchas formas vegetales y animales se acercan a las proporciones del Número de Oro; como todas estas realidades son prehumanas,  se deduce que la Lógica Matemática preexiste a los conocimientos humanos y aun a la materia entera, puesto que la organiza.

Pero los anteriores descubrimientos del Mediterráneo de Mí y la Unidad de la Realidad, hacen ver que la Lógica, que es el fundamento de lo Observado, es lo que lo relaciona con el Observador y permite a éste hablar de aquello coherentemente.

Puesto que la conciencia y la voluntad humanas están en formación, el orden de la realidad parece independiente de nuestra voluntad y anterior a la materia. Pero la relación entre el Sujeto Observador y el Universo Observado es de intuiciones y deducciones unidas por la Lógica.  

=4. DEDUCCIÓN SOBRE EL TIEMPO

Toda Filosofía depende de una Física. La Filosofía antigua depende de la Física antigua, primero la del sentido común, luego la newtoniana. Los radicales cambios creados por la Física moderna (Einstein, Planck, Heisenberg) están transformando la Filosofía.

Participo de la todavía hipótesis científica de que el tiempo fluyente no sea una realidad objetiva, sino la manera de ver de la mente humana, que no tendría capacidad para ver la simultaneidad de todas las realidades y tendría que verlas gradualmente, divididas en un pasado, un presente y un futuro que serían por tanto subjetivos.

La conclusión sería que el pasado sigue existiendo y el futuro ya existe, como parece que se prueba por ciertas percepciones paranormales del uno y del otro.

La realidad estaría constituida por segmentos espaciales cuyas dimensiones incluirían la del espaciotiempo (Einstein) pero el Observador estaría situado fuera de lo Observado, aunque determinándolo y quizá creándolo (Heisenberg)

Esta hipótesis científica, que la Física podrá verificar o falsar, despliega grandes consecuencias que la reflexión filosófica debería tener en cuenta en su caso: por ejemplo, la secuencia temporal entre causa y efecto quedaría convertida en secuencia lógica, como la de cuadrado/diagonal;  o carecería de sentido hablar de vida después de la muerte, puesto que lo que existiría es conciencia unificando  la materia, Observador unificando lo Observado.                                                                                                                                                                                                                                                                                   

=5. COSMOLOGÍA

El Universo está constituido por hechos (partículas subatómicas) en una Geometría abstracta de la que se distinguen porque son materiales o espaciotemporales mientras la Geometría es inespacial-intemporal, solo definible, humanamente, como pensable; nuestra inteligencia quizá solo instrumentalmente material, tiene acceso a esa Lógica inmaterial.

Estos hechos tienen dimensión, materializándose alrededor de vértices o centros de la Geometría, que entonces da lugar a la tendencia (no es una determinación, sino estadística) llamada  Gravedad o Economía o ahorro de energía. Como formas, interactúan unas con otras (información), en trayectorias espaciotemporales, destruyéndose o desestructurándose o bien  pasando de largo o bien agregándose.

Cada hecho está integrado como parte de la estructura única que llamamos por eso Uni-verso; la información o interacción de unos hechos con otros es tan intensa que las imágenes de todos están todas en cada punto, con diversos grados espaciotemporales de concentración (principio holográfico,  hipótesis de Craig Hogan, 2012) Como dice Jacobo Grinberg-Zylberbaum, por un agujerito en un papel se pueden ver áreas de millones de estrellas y galaxias, en ese agujerito cabe toda esa información (en ese milímetro cuadrado; accesible o separable casi sin límites, en función del instrumento que se use)

La agregación de partículas da lugar a la formación de elementos químicos, a partir del hidrógeno,  y éstos se concentran como vértices de gravitación formando astros. La Gravedad, que funciona en todas direcciones, tiende a darles forma esferoidal, y aunque la sobrepasen por arriba o se quedan cortos por debajo, tienden a ella, cuyo límite matemático, jamás alcanzable, sería la esfera pura.

La presencia de una capa oceánica permite en algunos astros la constitución de otros hechos o formas crecientemente complejos que llegan a ser capaces de reproducirse en otros vértices (vida) y de interiorizar o memorizar la interacción o información que procede de otros hechos (percepción) o del propio hecho (reflexión, consciencia) En este momento es cuando se manifiesta la realidad subjetiva del vértice contemplando el resto de la realidad como objetiva: yo, Observador, frente a lo Observado.
























lunes, agosto 13, 2012

Valores que hoy son de la derecha


VALORES QUE HOY SON DE LA DERECHA

Por Kim Pérez

Voy a hablar aquí de valores morales universales, aunque hoy solo los sostenga la Derecha. Entiendo la Derecha, en este texto,  como una parte de la sociedad europea heredera en el siglo XXI de dos tradiciones, la cristiana y la liberal moderada, que se contrapone a la Izquierda, heredera a su vez de otras dos, la del jacobinismo o liberalismo radical y la del socialismo revolucionario.

La Derecha y la Izquierda existen solo desde el siglo XVIII. No son por tanto connaturales a toda sociedad, en esta forma de actitudes éticas radicalmente enfrentadas, aún a muerte, que lleva a la división de la sociedad en dos frentes (bolchevismo y guerra civil en Rusia, guerra civil en España), cuya memoria, cuyos odios y cuya épica, sobreviven más allá de la duración del enfrentamiento mortal.

Voy a explicar por qué considero que la formación de la Izquierda ha sido una patología social y moral, durante la Revolución Francesa, de la que se vieron libres otras sociedades, a la que ha respondido la formación de la Derecha, como reivindicación de los valores antiguos comunes a toda la sociedad. No se trata por tanto de dos formas simétricas, sino de una situación patológica de gran alcance y la voluntad de remedio.

La opción básica de la Izquierda es el rupturismo y la de la Derecha es el conservadurismo reformista. Es justo el término antes usado por la Izquierda que llamaba a la Derecha reacción, pero es una reacción en sentido médico.

La Izquierda ve el conjunto social como un sistema de Enemigos-Amigos, estando siempre pronta a doblar el pulso de la Derecha (y aun a exterminarla) y transigir con ella solo coyunturalmente.

 La Derecha de los pueblos latinos, víctimas de las escisiones de la Revolución Francesa y luego de la Soviética, puede sentir un reflejo conservador a ultranza, pero puede ver el conjunto social como formado por actitudes complementarias, conservación-innovación, estando siempre pronta al pacto, por su naturaleza reformista, en una sola sociedad, hermanada en la conciencia de su unidad (De Gaulle) En otras palabras, la Izquierda descalifica del todo los puntos de vista de la Derecha, mientras la Derecha puede adoptar algunas propuestas de la Izquierda, si en ellas ve la razón e innovaciones válidas para todos (así lo hizo Bismarck, al crear la Seguridad Social) Esta complementariedad ha dado lugar en los pueblos escandinavos y en los anglosajones a soluciones como las socialdemócratas y las liberales moderadas en las que se crea una dialógica de progresismo frente a conservadurismo, sin romper la unión social, que diluye la oposición radical entre Izquierda y Derecha que sigue afligiendo a los pueblos latinos.

El análisis sociológico de una y otra puede ver que la mayor parte de los seguidores de la Derecha corresponden a la clase media, media-alta y alta, y la mayor parte de los seguidores de la Izquierda corresponden a la clase media-baja y baja, aunque en su dirigencia pueden encontrarse gran número de personas de las clases que mayoritariamente corresponden a la Derecha.

Este análisis sociológico parece traducir, en filigrana, la lógica de la lucha de clases, que sería la verdad profunda bajo la apariencia ideológica de las posiciones de Derecha, que confirmaría que la razón final corresponde a la Izquierda. Esta lógica sería un proceso histórico dialéctico, que conduciría a la afirmación única de la Izquierda y la extinción de la Derecha.

Sin embargo, hay evidencias de que hay una lógica, sostenida por la Derecha, que es anterior y será posterior a la irrupción de una Izquierda cuyos supuestos conducen necesariamente a la ruptura civil, por tanto a la negación de la vida social, y que puede ser considerada una patología social, no necesaria, fruto de determinadas coyunturas históricas, que se han dado en algunas sociedades europeas, no en todas, pero podrían no haberse dado.

La Derecha conduce a la recuperación de esa lógica; pero una vez conseguida en la escala nacional en las naciones donde son todavía determinantes, la Derecha y la Izquierda dejarán de existir, ambas a la vez, y serán sustituidas por  ese sistema de complementariedad, en el que el progresismo y el conservadurismo (no la Izquierda y la Derecha) dialogarán en la sociedad y podrán incluso ser asumidos alternativamente por la mayoría de los ciudadanos, sin dividir sus corazones ni a la entera sociedad en una ruptura esquizoide.



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El primero de los valores que pueden restablecer la unidad social es la soberanía de la lógica. La mera idea de la soberanía de algo que pueda limitar la voluntad humana indigna a gran parte de la Izquierda (pero no de toda: el materialismo dialéctico la afirmaba)

La observación de la función de la lógica en la estructura de la realidad muestra que la voluntad humana se enfrenta a menudo a ella (voluntarismo) y que sin embargo igual de a menudo sucumbe ante ella.

La lógica parece incluso constituir el proyecto que ordena la realidad material, anterior a ella, inspirador de ella (Pitágoras, y la relación entre las Matemáticas y la Música; Platón, “No entre aquí quien no sepa Geometría”) Por eso, cuando los humanos actuamos sin lógica (errores, vicios) nos enfrentamos a ella, y ella nos castiga como si tocáramos una corriente eléctrica.

El apólogo del Edén, en el Génesis, alude exactamente a eso: De todos los árboles del paraíso podremos comer (todo lo material lo podremos usar), menos del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal (la lógica), que está en su centro. Si quisiéramos comer de la lógica, manipularla, moriremos, literalmente; es verdad que si lo consiguiéramos “seríamos como dioses”; pero no lo somos. La lógica está por encima de nuestra voluntad.

En la tradición griega el equivalente a Eva y Adán, pecadores contra la única ley que debemos respetar los humanos es el titán Prometeo, que roba el fuego del cielo como Eva y Adán robaron el fruto del árbol de la ciencia; pero también es castigado a un tormento. Por eso, locamente, la Izquierda santificaba románticamente a Prometeo, el que lucha contra la ley de la lógica.

“Serviam” (el Arcángel Miguel) o “Non serviam” (el Ángel Caído), el respeto a una Ley es la actitud básica de la actual Derecha; es solo una Ley, la Moral, la del Bien y el Mal, pero por eso es patológica la actitud básica de la Izquierda, que es la Transgresión, la negación a aceptar que haya una Ley por encima de la voluntad humana, incluso afrontando todos los desastres que sobrevengan, en la postura del Rebelde erguido frente a la tempestad que él mismo ha desencadenado. No hay esperanza en la postura de la Izquierda: solo hay rebeldía sin futuro.

(Incluso el materialismo dialéctico, con su respeto a la supuesta lógica de las formaciones sociales que conduciría a la guerra civil, a la lucha de clases, proclamaba que la moral estaba sujeta a la dialéctica y los peores crímenes estarían  justificados por su servicio a la lucha de clases; Rusia se convirtió en un campo de sangre)

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Respeto a la lógica, a la ley moral superior a la voluntad humana, es por tanto el fundamento de todos los valores morales.

El primero de todos es la Veracidad. Necesitamos saber la verdad para guiarnos en la existencia. En parte la podemos encontrar por nosotros mismos, pero en gran parte no tenemos esa capacidad, y necesitamos confiar en otras personas.

Decir la verdad, es ser veraz. No decirla, es por error (no saberla) o por mentira (sabiéndola)

Necesitamos el respeto a la verdad. Eso es respetar el Árbol de la Ciencia. Va unido a la crítica, o criba, el discernimiento entre la verdad y el error. La critica fundamenta el método científico, nuestro acceso más profundo a la verdad, tomando en cuenta a la vez nuestros límites para hallarla, que nos obligan a revisar continuamente nuestros hallazgos (verificación o falsación, de Popper)

La fuerza arrolladora de la técnica científica nos ha llevado a un acuerdo común, universal, sobre el valor de la ciencia (revisable) Ya no es de Derechas ni  de Izquierdas. Pero debo recordar que la Izquierda, en tiempos en que su fiebre era mayor, hablaba de ciencia burguesa y ciencia dialéctica, descalificando a la primera (que es la que seguimos conociendo, comprobada día a día por la técnica) e intentando crear la segunda (Lyssenko, bajo Stalin), aunque no pudo pasar del intento.

Pero es preciso, además de la ciencia, que cada humano respete la verdad en su vida diaria, que sea veraz. Lo necesitamos por respeto a la lógica. No podemos vivir entre mentiras. Nos extraviaríamos, literalmente, sin saber a dónde ir. No podemos tampoco tener que encontrar la verdad, críticamente, a cada paso. Necesitamos la presunción de verdad, la confianza, que es el centro de la vida social, cultural y económica. También necesitamos que la falacia, la mentira deliberada, sea castigada. Es de una ley de lo que estamos hablando. La mentira de los comerciantes, la mentira de los profesores, la mentira de los políticos. Y proporcionadamente, aunque solo sea por una reprobación ligera o grave, nuestras propias mentiras,  en las que podemos caer todos.

El adulterio es grave, porque es una mentira grave. El respeto a nosotros mismos, en función de la veracidad de nuestros dichos y su coherencia con nuestros hechos, es la honradez.

 La Honradez es un valor necesario. Es preciso enseñarla, es decir, mostrarla a nuestros estudiantes. Es buena una sociedad en la que puede haber presunción de honradez.  Las puertas pueden quedar abiertas, como se hacía en muchas palabras. La palabra de honor era garantía suficiente. El apretón de manos era más que una firma. Estos conceptos, en una sociedad enferma como la nuestra, se han olvidado en unos cincuenta años. En mi generación, los aprendimos en la calle en nuestra niñez, hacia 1950, pero he tenido que explicárselos en el aula a mis estudiantes alrededor de 2000,  cuando todos ellos afirmaron desconocerlos.

Si no puede haber presunción de honradez para los otros, a los honrados solo se les puede aconsejar prudencia. La honradez es el resultado del respeto a la ley moral, al Árbol de la Ciencia del Bien y el Mal. Si no se siente, si se pretende una moral social creativa, la consecuencia será como mínimo la picaresca, la viveza,  y como máximo, el crimen.

La Cortesía es el respeto a sí mismo y al otro, por respeto a la lógica. La descortesía se convierte en dificultades para la convivencia. Ruidos y gritos intempestivos, trato desconsiderado, burlas, agresiones, es la consecuencia sistemática de la falta de  cortesía. Es muy fácil entenderla como falta de respeto, y ésta como la falta de respeto a cualquier ley moral que la Izquierda hizo suya en la educación desde Mayo de 1968. Se esperaba que la Transgresión creara la Espontaneidad y ésta al Buen Salvaje, pero esta confianza antropológica no estaba justificada. Solo el respeto a la ley moral hace posible la convivencia.

Cuando se pierde el respeto a la ley de la lógica, solo queda el egoísmo, como ley única, y si fracasa, como sucede tan lógicamente, al no ver ninguna otra perspectiva, porque no se han aprendido, puede verse solo un deseo de autodestrucción (inconsciencia provocada por el alcohol o las drogas o suicidio)

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Entiendo que formar humanos veraces, honrados y corteses es suficiente para formar sociedades sanas. Estos valores son lógicos, se pueden exigir a todos los humanos. Otros, como el amor, son libres. No se pueden exigir a todos. Se dan o no se dan. Pero los que he dicho, son necesarios para todos.