miércoles, abril 02, 2008

Nuevos planteamientos




El fundamento real de las actitudes trans (transvestistas, transgenéricas, transexuales) está en:

I. La naturaleza hipo- o hiperandrogénica de algunas personas XY o XX, que no puede expresarse en el código de género vigente, que sigue siendo rígidamente binarista. La rigidez del código favorece una solución rígida, en términos de binarismo transgenérico, aunque son posibles otras formas de expresión: ambigüedad, rompegenerismo, etcétera.

II. Y, o alternativamente, en la falta o debilidad de un proceso homoafectivo en la niñez y en la adolescencia (relación difícil o inexistente con el progenitor del mismo sexo o los compañeros) que impide una homoidentificación y favorece una identificación alternativa con el otro sexo.

En este segundo caso suele producirse una disforia de género o hasta una fobia hacia los propios genitales, como símbolo del conflicto vivido, que tiende a una solución quirúrgica, cuya eficacia suele ser estable, por la memoria del conflicto.

Será más estable todavía la propia afirmación como persona más o menos neutra, más o menos hipo- o hiperandrogénica, y la expresión del hipo- o hiperandrogenismo como tal, que ensancha por sí misma el código de género.

Estos fundamentos reales deben ser distinguidos de una formación paralela que los acompaña con frecuencia en las personas XY, consistente en un deseo de fusión con la “imagen de la mujer en el espejo” o autoginefilia.

Es una tendencia erótica de base heterosexual que se desarrolla como fantasía y puede llegar a generar una seudoidentidad, muy intensa por su fundamento erótico, pero precaria porque depende de la intensidad de la libido. Procede de causas muy variadas: débil homoafectividad y homoidentificación; frustración sexoafectiva; estrés ante la difícil afirmación masculina; simple fascinación en circunstancias de aislamiento.

Paradójicamente, su materialización mediante la hormonación o la cirugía hace decaer la intensidad de la libido que la mantiene, por lo que pierde fuerza como estímulo y provoca un estado de desconcierto y depresión, que sólo puede ser superado por la afirmación de la propia identidad, hipo- o hiperandrogénica, o bien disfórica.

Estas consideraciones me permiten saber lo que quiero hacer en adelante:

Afirmar la realidad de la naturaleza neutra y de formas de género neutro.

Distinguir los procesos de autoginefilia y alertar sobre sus contradicciones.