sábado, noviembre 25, 2006

El Niño afeminado



A veces, al hablar mucho, se pierde de vista lo esencial.

Para mí, lo fundamental es que fui un niño afeminado.

Tengo la prueba gráfica objetiva en algunas fotos que guardo con interés y cariño por eso mismo.

En una estoy, con unos cinco años, en una nevada en Madrid, con un abriguillo de piel, tirado sobre la nieve y apoyado en un brazo.

Otra es del día de mi Primera Comunión. Estoy en la escalinata -era una escalinata- de la casa de mis abuelos, con mi tía Lourdes, que era joven, rubia y muy guapa, como una actriz americana, resplandece el día hacia las once de la mañana y es también deslumbrante la evidencia de mi afeminamiento, en la postura delicada y hasta en las líneas de mi cuerpo. (Hay otra, la oficial, en la que aparezco con las manos a la espalda, un gesto de marino que corresponde a mi traje de marinero, en una pose aparentemente resuelta pero que queda contradicha por la turbación, la confusión de mi mirada, bajo la onda amplia que cae sobre mi frente)

La tercera es más tardia. Ya sé que a mi amigo Equis le parece que es la foto normal de un niño. Pero yo entiendo mejor lo que quiere decir mi postura y mi sonrisa, porque las veo por dentro. Tengo doce años, estoy ante la barandilla de la azotea de nuestro piso, poso agarrado a ella con ambas manos, casi como crucificado, sonrío con la cabeza algo inclinada y tengo un pie levantado y apoyado hacia atrás. Yo veo, sin duda, una postura de muchacha, tímida y alegre, porque sé lo que había en mis sentimientos.

La palabra clave era languidez. Yo sé que era lánguido, que es lo que veo en esas tres fotos, y lo que recuerdo muy bien. Lánguido quiere decir suave e inerte, poco propenso a reacciones rápidas, duras, enérgicas, las que nacen espontáneamente del alma de los niños masculinos, secos y ásperos desde pequeños.

Lo curioso es que yo no era consciente de mi afeminamiento, aunque sí de mi languidez. Cuando mis compañeros de clase, desde los diez años, me definieron como mariquita, me sorprendió mucho, porque yo no me consideraba así, pero lo cierto es, mirando esas fotos, que cualquiera que me viera desde fuera, me vería como mariquita.

No pensaba que lo fuera porque, aun siendo afeminado, no era femenino, es decir, no me interesaban los juegos ni los juguetes de las niñas, ni etcétera. Esta distinción es sutil, pero verdadera. Sin embargo, era femenino en lo profundo de mí, por mis reacciones, como la facilidad para darme por vencido, la incapacidad de plantar cara ante los retos de los otros niños, el miedo avasallador, la necesidad de hallar formas de sumisión para congraciarme, etcétera.

También mi imposibilidad, literal, de jugar al fútbol, ese juego combativo, o pensar que me interesase siquiera, o para entenderlo o entender la pasión de los otros por él.

Los niños afeminados, tiernos e inseguros, reflexivos, ingenuos, crepusculares, hemos tenido mucho riesgo de ser rechazados, por no ajustarnos a las pautas en las que los otros varones afirman su masculinidad militante (porque todo varón es militante de la masculinidad)

En ese lugar es donde explota el conflicto y el trauma que nos lleva de ser simplemente un niño lánguido a ser una transexual.

Sentimos que no conseguimos ajustar ni ser aceptados en el lugar que nos corresponde, que hubiera podido ser el de una masculinidad distendida y abierta a todos los matices personales, acogedora y cordial en vez de hosca. Todas estas palabras que digo no son abstractas, están llenas de sentido y de añoranzas. Entonces, al ir creciendo, el niño afeminado se va convirtiendo en un refugiado.

Puede ser que incluso encuentre el desapego de su padre. Tiene que buscar una alternativa para poder ser valorado y querido, y la encuentra exiliándose entre las mujeres. O yo la he encontrado, porque son quizás más parecidas a mí, en el fondo.

¿Por qué hay niños afeminados?

En mi caso lo sé. Porque mi madre, para que yo naciera y no me fuera, tuvo que tomar proginón, unos meses antes, y porque sufrió estrés de guerra (de la II Guerra Mundial) durante mi embarazo, y se sabe que ambos son factores desmasculinizantes.

¿Podrán ser corregidos factores semejantes en el futuro, a lo mejor mediante simples pastillas de complementos vitamínicos o vaya usted a saber? Puede ser. Pero la verdad es que los niños afeminados somos inteligentes, sensibles y humanos. ¿Vale la pena impedir que nos desarrollemos tal como somos?

En todo caso, mientras haya niños afeminados, como lo fui yo, lucharé por ellos.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Kim,

Me gusta mucho tu escrito, tan tierno y lleno de matices, que me ha hecho retrotraerme a mi propia infancia.
Se nota que quieres a ese niño que fuiste, que te has reconciliado con él, que lo miras con mucha ternura...Es tan fundamental dar ese paso para sentirse bien con uno mismo..Creo que en el caso de las transexuales viene como en cierto modo rodado, ya que el dar ese paso supone en cierto modo romper con los convencionalismos de la dicotomía masculino-femenino, pero en el caso de los homosexuales es más complicado. Quizás al leer esto haya gente que ni siquiera sepa de que estoy hablando, pero seguro que si especialmente muchos gays se miran dentro de sí mismos y recuerdan su infancia lo entenderán muy bien.
He conocido a muy pocos gays que reconozcan que en su infancia o adolescencia fueron afeminados, que en el colegio o en sus barrios les insultaron, cuando la realidad es que un gran porcentaje de ellos lo fueron en mayor o menor medida.
Todavía hay una especie de sentimiento vergonzante en mucha gente.
Yo también seguiré luchando por los niños afeminados, porque desgraciadamente continúan siendo perseguidos.

A.

Kim Pérez dijo...

Sí, A., me doy cuenta de que me llevo bien con ese niño y que veo en él el fundamento de toda mi historia, de los dolores padecidos y de las alegrías encontradas.

Y me gusta -ésta es una de las alegrías- que te haya retrotraido a tu propia infancia; así nos sentimos en compañía.

Es verdad que en la actual cultura gay -pero es un hecho cultural y, por tanto, variable- se tiende a minimizar la historia de la propia feminidad. Creo que es por razones de corrección política.

Sin embargo, muchos gays afirman decididamente que esa feminidad relativa o afeminamiento existe con frecuencia, que es obvia, y eso es también el fundamento de que me sienta unida a ellos y afín a ellos. Cuando cuentan sus historias de niñez, muchas veces me veo muy reflejada en ellas.

Es como si hubiera sólo algún pequeño elemento diferencial, que hace que ellos vayan luego por un camino y nosotras por otro.

Lo sitúo en que ellos han podido aceptarse siempre a sí mismos como hombres -aunque a veces, hasta cierto punto- mientras que en nosotras, la no aceptación es más intensa.

Kim

Anónimo dijo...

Permiteme que recuerde que no es bueno generalizar...
dices que: " Pero la verdad es que los niños afeminados somos inteligentes, sensibles y humanos. "

Pues me temo que debe haber mas de uno y de dos niños afeminados, mas tontos que Abundio y cuya sensibilidad puede ser confundida con poca energia o sangre en las venas. Lo que no te discutire es que son humanos ;-)

>>¿Vale la pena impedir que nos desarrollemos tal como somos?

Si un "SER" ha llegado nacer, tiene derecho a desarrollarse tal y como es, dentro de los parametros de seguridad que el sentido comun rige.

Fijate que un cocodrilo, tiburon, serpiente de cascabel, escorpion.... es un peligro mortal potencial para cualquier humano... Hasta estos seres tienen derecho a desarrollarse y buscarse la vida. ¿Como vamos a negarle el derecho a un humano a ser como es?.

El gran tema es ¿podemos-debemos preprogramar las caracteristicas de caracter de nuestros embriones?

Mónica

Kim Pérez dijo...

Poder, podemos cada vez más; para precisar más tu cuestión, vemos que de lo que se trata es de si debemos.

Me parece que, en general, convendría ser ecologistamente prudentes. El genoma encierra sin duda mucha más sabiduría acumulada que nuestras construcciones culturales, y quién sabe si al intervenir en él con toda la buena intencón racional, impedimos o estropeamos otras posibilidades.

El afeminamiento es un hecho natural; ¿cuál será su sentido?

¿No será matizar infinitamente una realidad que, de otro modo, quedaría prodigiosa, pero asfixiantemente limitada a Schwarzeneggers y Marylin Nonroes?

Es verdad lo que dices de que no todos los afeminados somos listos, pero a la vez casi todos los listos son más o menos afeminados, gafudos y han sido considerados mariquitas en el colegio porque no les interesaba el fútbol.

Claro que también Arnold es listo...

Kim

Anónimo dijo...

Yo he sido toda la vida un niño afeminado.Ahora tengo 16 años y aunque pienso que lo tengo superado,a veces oigo como la gente (sobre todo otros chavales de mi edad) se ríen de mi.Es cierto que yo también pertenezco a ese patrón de chaval inteligente,que no le gusta el fútbol y que va con amigas más que con amigos.Odio que cuando yo era pequeño no me hubiese dado cuenta de como me veían los demás por fuera porque de esa manera creo que lo hubiese podido sobrellevar de mejor manera.Me cuesta mucho hablar con gente de mi sexo porque me da la sensación de que siempre me van a discriminar y aunque tengo amigos me da la sensación de que nunca me llevaré tan bien con ellos como con mis amigas.En fin,sé que no puedo cambiar lo que soy,pero a veces me han insultado por la calle y he deseado no ser yo,he deseado ser simplemente como todos...pero la sociedad es cruel y mucha gente no cree que puedan haber personas que como yo: somos afeminados pero no somos gays.Siento lastima por los niños que como yo y sin tener la culpa de nada,son discriminados porque son mas femeninos que el resto.
Esto me ha servido para desaogarme.Gracias

Anónimo dijo...

So yo otra vez, el de las 10:03 PM,bueno soamente quería deciros que muchas gracias porque me habéis servido para dehaogarme un poco.Algunas veces pensé que alomejor los otros xavales me veían como gay porque alomejor lo era.Ahora sé que no.Me gustan las chicas, lo tengo superclaro.Busqué en internet páginas que hablaran sobre las diferencias entre los gays y los afeminados y me di cuenta de que son cosas muy diferentes.
Ahora sé que soy afeminado pero no soy gay.Solo espero que los discriminados alguna vez cpmo yio, sean capaces algún día de encontrar esa paz interior que yo he encontrado y les deseo a todos los que lean esto la mejor de las suertes en el camino de su búsqueda sexual.Ahora lo sé.Afeminado pero no gay.
Gracias.

Anónimo dijo...

Yo me quede en concflicto y se que muchas como yo lo estan, pero no se que soy, quizas es solo una crisis de edad, espero pronto cumplir mas y mas años para saber quien soy.

Me encanta lo que escribes.

Anónimo dijo...

y que pasa con las chicas marimachas. me van a decir no la madre en su embarazo tuvo una rabieta y se volvio una animal salvaje y por eso se le subio la testosterona y salio una mounstrua marimachonda... o tomo testosterona?.... en el caso de ese niño afeminado fue porque su madre tomo hormonas femeninas en el proceso del embarazo pero no creo que todos los afemiandos sean a causa de esto. hay millones de afeminados. hay grados de afeminamiento, algunos son mas afeminados que otros, eso no implica ningun problema. hay otras cosas peores.

Anónimo dijo...

realmente kim perez estoy totalmente de acuerdo contigo, yo también he sido afeminado, e incluso al ir creciendo no logro reconciliarme con los rasgos masculinos que surgen. a su vez me identifico siento mucha empatía por los niños con esas caracteristicas, creo que la discriminación hacia los afeminados es parte casi esencial de la construcción de la masculinidad, hasta se me ha ocurrido que estamos para eso. Mas allá como pensé alguna vez, de la búsqueda de la femineidad como estética, me siento mas cómodo dentro de esas formas que en esa hosquedad masculina que bien has definido; creo que es una posibilidad mas de la amplia paleta de matices que ofrece la naturaleza. me alegra mucho que te hayas ocupado de este tema ya que me hace sentir menos solo, y menos culpable por estar hasta algo orgulloso de esta"condición", si cabe el término. perdón lo rústico de mi escritura.
G.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo, yo también fui un niño afeminado, incluso me cuesta aceptar muchas veces los rasgos masculinos que van surgiendo. mas allá de pensarlo como una estética particular, como he hecho, me siento mas cómodo dentro de esas formas, tengo un cierto rechazo por esa bien definida hosquedad masculina. también siento empatía por los niños afeminados, ya que siguen siendo discriminados. tal vez las burlas sean parte esencial del desarrollo de la masculinidad, espero no sea esa la razón natural de que existan niños afeminados. yo creo que solo es una variante mas en la plenitud de matices que ofrece la naturaleza. No dejo de sentir ternura hacia ellos, ya que creo que todos los que hemos sido así nos vemos aun reflejados y sufriendo el incesante prejuicio de la gente. Es mas creo que nunca uno deja de ser afeminado, o como prefiera denominar esta condición, y no dejo de sentirme secretamente algo orgulloso de ella. Gracias por ocuparte del tema con tanta brillantez, muchos nos sentimos menos solos ahora.
G.

Kim Pérez dijo...

Qué hermosos sentimientos los tuyos, en este comentario que te agradezco.

Qué bello es haber sido un niño afeminado, antes de que nadie creyera que tenía que reirse de nosotros!

Qué bella es la delicadeza, la sensibilidad, esté donde esté, varón o mujer.

Quién puede renunciar a sentir lo que hemos sentido, las sutilezas del universo, gracias a haber sido niños afeminados?

Gracias de nuevo.

Kim

Kim Pérez dijo...

Es sugerente lo que dices de que incluso haber sido un niño afeminado contribuye a la construcción de la masculinidad en algunas personas.

Entiendo ue te refieres a la masculinidad heterosexual, incluso paternal.

Puede ser que tenga que ver con la conciencia de la complejidad del ser humano. Quien ha sabido ser tierno, sabrá ser fuerte y respetar la ternura.

Es como si se ensanchara la masculinidad, admitiendo nuevos matices, todos concordes con una pculiar nobleza y generosidad.

Para da una imagen humana de lo que me parece que sugieres y en lo que yo coincido, quizá no esté de más recordar que el joven Gary Cooper, en sus primeros años, era un poco afeminado.

Kim

Anónimo dijo...

Hola a todos,

soy madre de un niño de 4 años y medio y hoy me he decidido a buscar información en internet. Su padre y yo siempre nos hemos considerado abiertos, respetuosos y solidarios. En nuestro círculo hay varios homosexuales, algunos bastante amigos. Pero tengo que deciros que este post lo estoy escribiendo llorando. Tomé muchísimo Progynon para el in-vitro que consiguió traer a nuestro hijo al mundo. Nunca nadie me dijo que pudiese tener este tipo de efectos secundarios. Además me doy cuenta que asumiría mucho mejor tener un hijo homosexual que afeminado. De hecho su orientación sexual me traía bastante sin cuidado, pero ahora veo que siempre que fuese discreta... En cambio, me asusta tanto que sufra, que suframos...

Hay varias cosas que no entiendo, por lo que comentas, Kim, se puede compensar la dosis de hormonas que recibió en su día?

Kim Pérez dijo...

Estimada lectora,

te aclaro que lo del progynon es para mí una hipótesis para explicar mi propia historia, no algo demostrado, aunque veo que sería muy importante ponerse a comprobarlo o no por cuantas más historias, mejor.

En mi caso, si fuera verdad, fue la condición que me permitió existir. Mi madre tenía matriz infantil y venía sufriendo abortos espontáneos, sin conseguir que sus hijos se afianzaran. Entonces, el Doctor Gálvez Ginachero, de Málaga, le habló del progynon, que acababa de ser inventado (era el año 1940) No sé cómo, en plena Guerra Mundial, mis padres se arreglaron para conseguirlo. Mi madre lo tomó, cesó al quedarse embarazada (pero supongo que pudo tener un efecto depot), y aunque con muchas dificultades y algunas hemorragias por medio, yo conseguí nacer bastante sano y fuerte.

Por eso digo que si el progynon fue la causa de mi ambigüedad sexual (que tendría que comprobarse) fue, antes, lo que permitió que siguiera vivo y que hoy esté escribiéndole.

Así suele decirlo mi madre, que ha debido hacerse muchas reflexiones, y me dice en resumen "Gracias a esto estás aquí".

Por lo que veo, sería una historia muy parecida a la tuya y tu hijo. Suponiendo que el progynon tuviera los efectos que estoy suponiendo, ha sido sin duda gracias a él que tu hijo ha nacido y está aquí.

Por otra parte, como tu hijo tiene 4 años y medio, no se pueden adelantar acontecimientos. Se han hecho estudios que muestran que los niños que con esta edad muestran una conducta variante de género, de mayores pueden ser heterosexuales, homosexuales o, una minoría, transexuales. Los niños son inmensamente flexibles. Yo he pensado a veces que, si las circunstancias de mi vida hubieran sido otras, yo hubiera sido poco sexual, desde luego, pero no transexual.

De esto hay muchísimo que hablar y si lo deseas, me tienes a tu disposición. Puedes escribirme a transiya@yahoo.es

Con un sentimiento muy grande de respeto, recibe el saludo y la amistad de

Kim

Kim Pérez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kim Pérez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Tengo gemelos de tres años, a uno de ellos le gusta el rosado, el ballet y bailar, ponerse la toalla como peluca y lo que vengo leyendo desde hace un año atrás me abre los ojos a un mundo totalmente marginado. Es mi hijo y mi deber es darle piso y estabilidad para que pueda desarrollarse plenamente, darle voz y armas para que sepa defenderse y tengo claro que debo pagarle las clases de ballet. Estoy segura que el nació para triunfar.

Kim Pérez dijo...

Estimada señora,

Me alegro de que su actitud sea tan abierta y comprensiva ante el porvenir de su hijo, pues será suficiente probablemente para ayudarle a alcanzar la felicidad.

La postura materna y paterna ideal ante los hijos puede ser seguirles respetuosamente en su marcha, abriéndoles las puertas para que sepan que pueden elegir la que quieran y quitándoles los obstáculos que pudieran encontrar, en forma de intransigencias sociales.

Conviene tener en cuenta que, en una edad tan temprana, no todo está decidido. Los estudios demuestran que los niños variantes de género en su niñez pueden ser heterosexuales (una minoría), homosexuales (la mayoría) o transexuales (la menor de las minorías) en la edad adulta.

Afectuosamente, y deseándoles lo mejor, quedo a su disposición por si desea escribirme de nuevo.

Kim

Anónimo dijo...

Si Kim, te doy toda la razón, es algo de lo cual ya estoy informada. Lo que si debo agregar, es que en Dinamarca se han hecho unos estudios que demuestran que diversos productos bombardeados con químicos de uso diario para los niños los vuelve afeminados. El estudio en cuestión quería prohibir estos productos y niños menores porque era comprobado que disminuían la producción de esperma y sin esperma no hay libido.
Los productos van desde bloqueadores solares hasta los zapatos crocs. Mucho ojo padre de familia, los gobiernos ya están enterados de esto pero en un mundo dirigido por la coca cola y la marlboro que se puede esperar.
Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Amigo de las 10:03.

Quiero contarte que soy un caso muy similar, actualmente tengo 40 años, soy también un heterosexual convencido desde que tengo uso de razón, estoy felizmente casado y toda mi vida he sido discriminado en escuelas y trabajos. Por no ser suficientemente masculino como los demás, por ser más sensible, o por cualquier tontería.
El pasó por esta vida me a dejo una autoestima por el suelo, igual que tu soy el inteligente que académicamente he buscado estar grados más arriba que los demás para tener en que vencerlos (con alguno posgrados) buscando adentro me doy cuenta que solo busco incrementar mi autoestima, además somos hombres como cualquiera y los Genes nos hacen muy competitivos en las aéreas que dominamos (regularmente no son los deportes).
Es muy difícil entender ese entorno cuando eres muy joven, te dicen marica y te lo llegas a creer (en secundaria creía ser serlo por que los demás me lo decían), pero en algún momento en la misma adolescencia te das cuenta que afeminado no es sinónimo de homosexual principalmente por que las mujeres te encantan aunque no te hagan caso.
Las porquerías vividas por “solo parecer”, me han vuelto extremadamente respetuoso con la diversidad, que cantidad de estupideces tiene que vivir una persona homosexual, bisexual, transexual etc. por ejercer sus preferencias en un mundo donde se quiere imponer la mayoría.

Moraleja.

Si crees que afecta tu autoestima, busca ayuda profesional acéptate y quiérete como eres, no vas a cambiar por darle gusto a nadie (NO SE PUEDE).

A Kim y gente del blog. Dios me los bendiga, un abrazo muy fuerte.