domingo, agosto 13, 2006

My gospel

Esta noche hace calor, calor, calor

después de seis horas de sol sobre las paredes blancas

y lo hará todavía durante seis horas más, por lo menos

¡Hermosa noche, negra, caliente, como lo estaba mi cuerpo con veinte años!

Y como lo estaba mi alma vacía y ardiente, desesperada de soledad,

que sólo se consolaba tomando un refresco de pulpa con agua,

que le hacía soñar con la siguiente y fresca madrugada.

Porque la noche andaba despacio su camino

y poco a poco llegaban primero las horas neutras

y luego las sigilosas frescuras

que acariciaban la piel desnuda prometiendo algo tranquilo y nuevo

que reviviría mi inocente pureza o mi alma limpia de los doce años

acaso entre el fresco de tus manos, que no acierto a imaginar,

dios mío, amigo mío, compañero mío,

que me soplas ligeramente sobre los párpados, diciéndome “vamos, levántate, despiértate,

como una sonrisa que provoca mi sonrisa.

No hay comentarios: