viernes, septiembre 01, 2006

Mi forma

El otro día vi unas fotos en una revista sobre el tipo de Beyoncé, o también el de Jennifer López, o el de Shakira, presentándolo como una alternativa a la estética anoréxica de las pasarelas.

Las estudié y comprendí que la cuestión, tal como las fotos se centraban, estaba en el estilo físico de amplias grupas y líneas suaves de las tres.

Lo curioso es que eso me trajo al pensamiento la forma actual de mi cuerpo y mis profundos sentimientos de autoaceptación.

Es que me agrada su lisura y su forma ahusada, ligera y fondona a la vez (la realidad es que también tengo una barriga como la Venus de Willendorf, pero puedo hacer caso omiso de ella al pensar en las sensaciones que me da mi cuerpo)

Y resulta que me identifico con los cuerpos de ese tipo de mujeres o me hacen sentir lo que previamente he sentido en mí o me hacen ver por fuera lo que primero he visto por dentro. Es sorprendente; eso rompe todos mis esquemas y por tanto debe ser verdad.

Me encuentro, como ellas, serena y confinada en el fondo de una forma limitada, pero que halla toda su fuerza en su propia línea, esbelta como la de un óvalo.

Contenida y sedosa, tímida porque lo más contrario a ella sería pretender imponerse, sino que quiere sólo ser acariciada en su lisura, y ancha por abajo porque tiene que dejar sitio paraa guardar todo lo que guardan las cápsulas.

Ser así; sentirme desde el vientre, liso y suave como lo que corresponde al hueco de la mano y elevándose por las líneas del torso con blandura.

Precisaré que éste no es un sentimiento de autoginefilia; es una sensación de autofilia, de amor a la forma de mi cuerpo antes de cualquier otra consideración, como si dijera antes de saber que existen las mujeres.

Rompe incluso con mucho de lo que llevo dicho, porque no tiene nada que ver con la identidad social masculina de la que he hablado que me encuentro.

No es un pensamiento, es una sensación, tan íntima y tan grata que incluso quisiera reservarla para mí, no hablar de ella durante muchos días para sentirla bien y empaparme en ella.

Y me parece que no tiene nada que ver con que me atraigan esas mujeres; es más bien que me encuentro igualada con ellas, entendiéndolas en sus propias sensaciones. Vistas desde fuera, ese tipo de mujer me molesta incluso difusamente, me molesta el olor marítimo que intuyo en ellas; no es que me atraigan; es que al verlas me comprendo mejor a mí misma o puedo sentir en ellas lo que previamente he sentido en mí.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una cosa es vivir y pensar con dinero y la otra es vivir y pensar sin dinero...y se que hay muchas otras maneras de vivir y pensar...

Anónimo dijo...

Me rio de tus escritos ahora mismo, no porqué no crea en elllos, ni me lo planteo en este momento, sinó porqué me sale del alma, sin terminarlos, si tu eres poeta...y lo eres...yo tambien... contigo y a tu lado...eso es la vida hoy tambien...y me rio...y corrigo, porqué he ido a colegios de pago...

Anónimo dijo...

Mira que res fea, pero tu fealdad es tan bonita, que ni la puta, perdon, bellonce, la puede igualar pero como hombre que soy me follaria a Bioncé pero si fuera libre me lo fallaria todo...pero solo si fuera libre...porqué parece ser que si existimos es porqué se folla...aún...y el dia que no se folle...eso si és el apocalipsis y espero ser de los que Dios acoge...y que Dios me perdone por nombrarlo en mayúsculas...y que así sea...para poder vivir y descansar en paz....y vivir...EN PAAAAAAAAAAAAAZZZZZ

Anónimo dijo...

y me disculpo hoy por nombrar a Belloncé como la nombré ayer, ayer no era yo....de verdad, me aveguenzo, perdon

Kim Pérez dijo...

Fíjate que al pasar tu comentario no me di cuenta de que en él había una palabra sonora en relación con Beyoncé.

Pero se puede partir de un principio: "puta" no es un insulto, sino un prejuicio.

Por otra parte, tú ya dijiste que estabas muy cargado. Tus comentarios me parecieron muy emocionantes, llenos de sentimiento y turbulencia y buena fe. No sé si discutirlos en frío valdría tanto como su calor.

Kim