martes, enero 02, 2007

Ya está bien





Bueno, ya está bien. Llevo toda mi vida (desde los trece o los catorce años) queriendo entender la transexualidad, y estoy donde estaba y sé lo que sabía, aunque en los últimos meses he adelantado mucho en poner mis ideas en orden.

Pero darle vueltas a lo mismo y ver que sigo en el mismo sitio me desespera, me entristece y me angustia.

Por otra parte, sé que las personas heteros no le dan desde luego tantas vueltas porque la tienen resuelta (yo no), lo que les permite no pensar en la cuestión de su identidad, o que ni siquiera sea el centro de sus pensamientos, que no sea el centro de su vida excepto cuando viven un amor muy grande, pasional o sentimental, en el que de verdad se realizan. Pero pueden centrarse en otras cuestiones: en la profesión o en los hijos, con la misma fuerza o más que en su identidad.

Yo también estoy centrada en otras cuestiones, aunque resulte raro leérmelo. El centro de mi vida es la curiosidad por la realidad, y por los sentimientos que despierta en mí, y por eso leo y escribo tanto. Ahora mismo, la realidad es que son las nueve de la mañana, hace sol, silencio y oigo sólo un pájaro en el jardín y otro que suena por el patinillo.

Otro centro derivado del primero es una pregunta: "¿Hay vida después de la muerte?". Esta pregunta centra mis pesquisas sobre filosofía, mi interés por la parapsicología, mi sentido de la ética, mis posicionamientos políticos profundos (más allá de los partidos), etc

Lo que pasa es que todo el proceso transexual irrumpió desde mis trece o catorce años en mi vida con tal fuerza y tantas consecuencias que tuve que ocuparme de él, pero no porque sea lo que más me importa, sino en la práctica. Pero que no quepa duda de que si alguien me dijera: "Tengo la respuesta segura sobre la muerte, pero tienes que olvidarte de la transexualidad", me olvidaría con los ojos cerrados y en un plis plas.

Ahora, en este proceso he encontrado el sentido del compañerismo. Sé que hay personas tan agobiadas como yo por la dichosa disforia de género o que tienen las mismas alegrías que yo en estas cuestiones, y es natural que hablemos de eso y que queramos salir adelante en compañía.

Pero llega el momento en que, a lo mejor, lo mejor es decir, justo para eso, la verdad, yo no estoy ni quiero estar centrada en la cuestión de la transexualidad y a cualquier compañera le aconsejaré que haga lo mismo, precisamente por compañerismo.

En cuanto lo digo, me relajo y me distiendo, y todo es más fácil. Si me preocupo sobre todo por otros asuntos, ¿estoy bien como estoy, viviendo como transexual? Sí. ¿Estoy mejor como transexual que como hetero? Sí. ¿Se puede discutir esto? Sí, pero déjalo, ahora no tengo tiempo, tengo otras cosas más importantes en las que pensar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Kim,

Me siento identificado con tu comentario. A veces he fantaseado con despertarme un día como por arte de magia siendo un "hombre típico" para ver cómo me sentía y pasar así unos días. Entonces supongo que me dejaría de preguntar constantemente que hay de masculino en mí, de femenino..., no disfrutaría tanto con libros como "El diablo se viste de Prada" de Lauren Weisberger y cuando viese películas de amor no me identificaría con la protagonista. Supongo que todo ese tiempo sobrante lo emplearía en informarme sobre marcas de coches y cosas de esas, que ahora se me escapan por completo. Cuando alguien me pregunta qué coche tiene fulanito, siempre digo: es rojo, blanco, pequeño, grande....porque no sé nada más, pero estoy seguro de que en todo mi vecindario yo soy el único que sabe que cuando Tennesse Williams era pequeño su padre le llamaba "Miss Nancy". Supongo que lo de los coches es mucho más útil en la vida actual :-)

Creo que tener una identidad y orientación sexual típicas debe de ser muy cómodo. Es como si todo te viniera rodado.Me gustaría poderlo sentir, al menos por un día, como alguna vez todos hemos intentado imaginar cómo sonaría nuestra lengua siendo extrajeros, o cómo veríamos la vida siendo ciegos, pero sé que es imposible.
Debes de ahorrarte un montón de preguntas, dudas, incompresiones... Pero de todos modos quién dijo que la vida era fácil?

No te angusties por tener la sensación de que siempre estás en el mismo lado. En realidad todo consiste en hacerse preguntas, se tengan o no respuestas.

Kim Pérez dijo...

Qué bonito es tu comentario!

Perdóname por haber dejado pasar unos días sin contestar... y sin leerlo de nuevo.

Yo creo que lo humano es ponerse siempre en otro lugar. ¿Te ha pasado, en tu niñez, imaginarte lo que pasaría si tus padres no fueran los tuyos?

¿O si hubieras nacido en otro país?

A las transexuales nos pasa lo mismo. Sintiéndonos muy desgraciadas, nos hemos imaginado cómo sería nuestra vida si hubiésemos sido niñas... y hemos seguido adelante.

Y esto es, verdaderamente, todo.

Gracias por tu sensibles palabras!


Kim