miércoles, enero 19, 2011

Dios





Voy a decir cómo me acerco yo a Dios. Tengo una forma filosófica de ver lo invisible.

Primero, por la Lógica. Hace unos veinticinco años, pensé y no olvidé que la Lógica está por encima de nuestra voluntad. Las relaciones lógicas son invisibles en sí, pero están ahí, inmutables, eternas.

Esto es la Lógica que rige el Universo, como bien sabríamos si delinquiéramos y el fiscal descubriera la lógica de nuestro delito, aunque quisiéramos que esa lógica no existiera.

Segundo, más detalladamente, por las Matemáticas, que son una parte de la Lógica. Sigo a Pitágoras. Ya hace mucho tiempo, observó que la Música obedece a las Matemáticas, es decir, que la Materia obedece a una Idea.

Esto lo vieron de nuevo Galileo, Newton, Einstein, Planck, Heisenberg, los padres de la Física Moderna y de la Física Contemporánea.

Esto significa que las Matemáticas no son una obra de la mente humana; más bien, el ser humano es una obra de las Matemáticas.

Que están ahí, invisibles, pero reales, formando una matriz que organiza a la materia/energía (lo sabemos: E= mc2, la fórmula de Einstein)

En este orden lógico, previo a la conciencia y la voluntad humana, se organizan, con grados de complejidad creciente, la Física, la Biología, la Psicología...

Al llegar a ésta, llegamos a la libertad humana (capaz de decidir destruir el Universo, si pudiéramos)

Y tercero, en este punto, nos encontramos con un texto convergente con tal Cosmología, pues trata de la lógica y la libertad, el antiguo apólogo del Árbol del Bien y del Mal que nos recuerda que tener la libertad física de hacer algo no es lo mismo que tener libertad moral para hacerlo.

Todo ello pone una realidad invisible por encima del ser humano, que prevalece moralmente sobre todas nuestras rebeldías. Suficientemente grande, más grande que todo lo que suponemos en todo nuestro transgresionismo y liberacionismo, todo nuestro deseo febril de ser los Supremos.

2 comentarios:

Ángela Yi dijo...

Kim, yo hago exactamente lo mismo. Y me parece apasionante, electrizante, el bucle por el que llegan a unirse la física teórica y la creencia en un/a Creador/a, estos últimos años.

"Sinencambio", cuando leía tu entrada, me ha venido a la cabeza el siguiente comentario sobre el Doctor H. Lecter:
"El Dr. Lecter se divertía; posee ingentes recursos internos, suficientes para entretenerse durante años seguidos. Sus pensamientos se hallan tan poco esclavizados por el miedo y la bondad como los de Milton por la física. Dentro de su cabeza era un ser libre."

Quizá sea así, quizá la bondad, la moral y la empatía sean más un freno que una adaptación evolutiva... La deriva terrible de la humanidad podría ser la prueba.

Unknown dijo...

Por la física también sabemos que el Universo no necesita un creador (ver Alex Vilenkin). No necesitamos nada ni nadie que nos diga qué está bien y qué está mal. Esto requiere un esfuerzo personal. Nos aterra (¿y nos seduce?) la visión del mal. Estamos demasiado cerca. Si tomamos distancia pierde cualquier atractivo. Igual que el bien. A escala planetaria no se ve nada. Unos homínidos dándose batacazos para sobrevivir (interiormente) en un mundo sin coordenadas. Las matemáticas están bien, pero puede haber "otras matemáticas" que expliquen lo que pasa igual de bien. Hay que construirse, con esfuerzo y dolor, tus propios agarraderos para transitar por aquí sin dar muchos tumbos.