viernes, diciembre 31, 2010

Presencia y Ausencia




Hasta el siglo XIX, Dios aparecía majestuoso, fuerte, terrible. Temor de Dios, real, después retórico: “Grande es Dios en el Sinaí”, Castelar en el Congreso de los Diputados. Una Presencia.

Avanza el estudio filológico e histórico de la Biblia, y en el siglo XX, incluso para los creyentes, todo se vuelve inseguro, dudoso, confuso, débil.

Hay un hueco infinito, una falta, una nostalgia, un clamor (nuestra Guerra Civil) Pero existe como Ausencia. Los hombres se dividen entre quienes saben que sienten el vacío y quienes viven como si no lo sintieran, y por eso zahieren e incluso persiguen a los que aceptan que lo sienten.


Todo estaría permitido si no hubiera Dios (Dostoievski) Pero quienes sentimos su Ausencia nos vemos invitados a actuar como si estuviera presente, por la fuerza de este Vacío que es la forma de Dios en el siglo XXI.

La Biblia era un Código y se convierte en un dato.

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