A veces lo más sencillo es lo más difícil.
Para mí, lo más sencillo es saber que no soy hombre ni mujer.
Y supongo que para otros miles de personas.
Lo sabemos por dentro, al recordar nuestra historia.
Pero lo más difícil es mantenerlo fuera, incluso acordarse cuando estamos en sociedad, situarse en lo que somos.
Porque nuestra cultura no entiende más que de hombres y mujeres.
Y no sabe ni ver lo que ve, como lo saben otras, cuando somos ninis, a nuestra manera!
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