miércoles, diciembre 20, 2006

¿Dónde estoy?





¿Dónde estoy ahora mismo?

A los quince años de empezar el proceso transexual veo que aquel mismo año empezó un proceso homoafectivo que estaba latente, al ver un nuevo modelo masculino en los homosexuales de Cogam.

Hoy, la identificación homoafectiva toma la delantera emocional sobre la transexual.

Acabo de verme reflejado en el cristal de la ventana, con el pelo como una aureola y el camisón de lana roja que me regaló una amiga querida, y esta imagen de mujer es confortante, por lo que tiene de imagen, por fuera, pero lo es menos desde dentro.

Me irritan ya las expresiones trans de identificación con la mujer y sólo me encuentro a gusto con las que expresan ambigüedad. Por otra parte, empiezo a sentir la repulsión física hacia lo sexual femenino, la indiferencia y distancia, el aburrimiento hacia la mujer propio de los homosexuales, lo que hace difícil que me identifique con quienes empiezan a no interesarme.

Ayer, en el bus, sentí sin embargo el agrado, la tranquilidad que manaba de una cuarentona, ama de casa, cuyas manos hogareñas se movían sobre un bolso de cuero negro muy blando. Deseé su compañía, pero no me identifiqué con ella. Sé que hay algo dulcemente sexual en todo esto.

La ambigüedad, en mi caso, la siento como una cualidad o vicisitud de lo masculino, que se acerca pero no llega a ponerme dentro de lo femenino.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapa, te llevo siguiendo desde hace algún tiempo, pero no suelo escribirte comentarios a pesar de resultarme muy interesante lo que dices.
En este caso he decidido osar a escribirte álgo, a pesar de poder pecar de impulsiva o desconocedora de realmente cúal es exactamente tu sentimiento.
Yo no entiendo la necesidad de tenernos que identificar o clasificar dentro de uno u otro género, llevo ya mucho tiempo sin entenderlo; particularmente no me siento de género femenino, a pesar de haber nacido mujer y resultar femenina, incluso llevado al extremo. Pero no me identifico con mi género, ni creo que realmente tenga que hacerlo.
Hay momentos en los que me he sentido muy confundida por mi ambigüedad, es como si no encajara en ningún sitio, pero realmente creo que no tengo por qué encajar.
Probablemente haya escrito muchas incongruencias y a lo mejor ni siquiera se me puede entender, porque no soy mujer, no soy hombre, no soy lesbiana, no soy bisexual, no soy trans... Solo soy persona sin ningún tipo de género...

Sldts.

Nina

Kim Pérez dijo...

Hola Nina, muchas gracias por tus palabras y por tus visitas.

Es muy interesante lo que dices, sobre el hecho de que siendo muy femenina, no te identificas con ningún género y no entiendes la necesidad de clasificarte.

La cuestión está en si esa no clasificación es natural, como en ti, si no hace falta ni siquiera manifestarla, o si viene acompañada por un desagrado intenso por el género de origen.

Una amiga me dijo una vez que no veía diferencia apreciable entre la vida de hombre y de mujer, sentimiento que creo semejante al tuyo.

Pero si el margen de diferencia, por pequeño que sea, y sobre todo, la consideración de los demás como hombre o mujer, resulta incluso angustioso, es cuando hay disforia de género o transexualidad.

Lo que yo estoy descubriendo es que esa antigua angustia diminuye en mí, no ante los hombres heteros, sino ante los gays, a quienes siento muy cercanos.

A la vez, estoy a gusto en mi actual situación.

Veremos a dónde voy.

Gracias y hasta pronto,

Kim

Nina dijo...

Gracias por contestar, ahora creo haberte entendido mucho mejor.

Lo que no entiendo muy bien es lo que comentas sobre tu amiga, yo sí encuentro diferencias notables entre la vida de hombres y mujeres (cada día me cuesta más hablar sobre géneros), sociales, culturales, sexuales, etc.
Lo que yo no consigo es clasificarme en ninguno de los dos géneros existentes; es más, no entiendo por qué tan solo tienen que existir dos géneros y que el hecho de ser de uno u otro, dependa básicamente de los genitales con los que hayas nacido. Lo que sí que tengo, y cada día se acrecenta más, es una cierta androfobia; no me siento a gusto con ellos, me siento incluso "acosada" en determinados momentos, me resultan personas violentas hasta por su tono de voz e incluso me siento intimidada en algunas ocasiones.

Te deseo que vayas donde vayas, seas feliz.

Gracias a tí.