jueves, diciembre 28, 2006

Reflexiones sobre la entrada anterior




Llamo la atención sobre el hecho de que la teoría del trauma supone un cambio conceptual sobre el entendimiento de los procesos homosexual y transexual, en la medida en que pueda confirmarse su validez.

Los conceptos nuevos son los siguientes:

El primero, la unión por su origen de lo que hasta ahora parecía diferente, la homosexualidad y la transexualidad. No es un único proceso, sino dos, pero los une la misma causa, a la que se dan dos respuestas distintas. Con mayor motivo, se pueden unir los conceptos de transvestismo, transgenerismo y transgenitalismo, cuyas diferencias pueden ser sólo de grado.

Segundo. La unión se produce sobre la experiencia de la frustración de la homoafectividad, que para los homosexuales lleva a un deseo insistente de lo homoafectivo, sexualizándolo, y para las transexuales a una negación radical de lo homoafectivo.

Tercero. Siendo la frustración una experiencia traumatizadora, la respuesta homosexual o transexual al trauma es una reacción adaptativa y, por tanto, positiva. Esta consideración excluye cualquier consideración negativa de los procesos homosexual y transexual.

Cuarto. El entendimiento de la homosexualidad y la transexualidad como procesos les da un sentido dinámico que las relaciona con la concepción de la homoafectividad como fase de la evolución personal necesaria para la formación de la heterosexualidad.

Quinto. Por tanto, no se puede excluir que, después de la frustración de la homoafectividad, homosexuales y transexuales puedan vivir una experiencia homoafectiva plena, exclusivamente afectiva, sin dimensión sexual, que permita sentimientos de admiración e identificación, que abran más tarde, en una fase nueva, la posibilidad de una relación heterosexual, sólo afectiva o incluso sexual (las relaciones heterosexuales son distintas de la heterosexualidad como condición o modo de vida, que supone la ausencia de trauma homoafectivo previo)

Sexto. También es nuevo el concepto de historia como base de la identidad. Homosexuales y transexuales forman sus identidades sobre unas historias específicas, que persisten independientemente de las formas que pueda tomar el proceso afectivo y sexual. Esto significa que la historia homosexual o transexual no acaba aunque permita pasar a una práctica heterosexual.

Séptimo. En la medida en que la frustración homoafectiva no se colma, la afectividad homosexual, unida a la sexualidad, y la transexual, unida a una negación y a una heteroidentificación, crearán sus formas propias, aunque debe considerarse que no están cerradas, sino abiertas.

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