miércoles, diciembre 06, 2006

Como un travesti



EN EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA; POR LA REPÚBLICA



Yo soy fundamentalmente un varón ambiguo pero definido suficientemente dentro de lo masculino.

Siempre me ha alegrado y consolado descubrir mis aspectos femeninos, como la eterna languidez de mis posturas, pero creo que si las circunstancias hubieran sido otras, hubiera podido desarrollarme heterosexualmente.

La necesidad de expresar mi ambigüedad no puede llegar al extremo de definirme como mujer, porque yo por lo menos no lo soy.

(La operación no expresa la ambigüedad, sino mis traumas en relación con la masculinidad)

Sé que hubiera podido mantenerme dentro del lado masculino si hubiera tenido un amigo en mi niñez, que me hubiera querido y a quien yo hubiera admirado, es decir, si hubiera tenido una experiencia homoafectiva.

Pero no la tuve y por ese motivo padezco una fuerte disforia de género que ha zarandeado mi identidad masculina, aunque, con esfuerzo, puedo comprender que ahí está.

Por eso me puedo definir como algo parecido a un travesti.

Si hubiera sabido todas las implicaciones de esta definición años antes, contando con las experiencias homoafectivas, no homosexuales, que finalmente he podido tener con los gays, probablemente no me hubiera operado.

Pero ya que lo he hecho, puedo decir que estoy a gusto y que eso no me ha planteado nunca ningún problema de adaptación conmigo misma.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Kim te leo y te contesto incluso sin leerte,
ya me es igual...la cuestión es que estamos en la vida y la vida está llena de presiones ente mil y infinitas cosas mas, quien se atreve a describir la vida...cualquiera, claro, y porqué no...tu hablas y escribes y yo te leo porqué padecemos la misma locura o una locura similar y porqué no...menos mal que no estamos en la inquisición...imagino o creo...de todas formas el dolor o cualquier cosa, aunque intenso, solo dura un instante, aunque no lo creamos pero lo vemos y lo sentimos al darnos cuenta de la rapidez de la vida, pero siempre pensamos que el instante es eterno y esto nos frena por lo menos a algunas personas, y sinó se me entiende me importa un comino porqué tampoco se ya de lo que hablo...

Kim Pérez dijo...

En el sólo aparente desorden de lo que dices, lo más verdadero es que ya no existe la inquisición.

Lo digo porque creo que las personas tenemos que vivir y pensar libremente, en la medida en que nos sea posible por otras consideraciones, experimentar -guardando los límites que sean estrictamente lógicos- para saber dónde estamos y por dónde vamos.

Al fin del recorrido, la cordura se impone.

Afectuosamente,

Kim

Anónimo dijo...

Mira Kim, te he leido mil veces y si bien no discrepo en casi nada de lo que dices, discrepo en lo que dices de la irreversavilidad que se produce en muchos casos sobre la transexualidad...la vida,no la vida física, desde mi punto de vista, no tiene ni principio ni fin y solo por esta razón...si mi punto de vista no está equivocado...el concepto de irreversibilidad no lo puedo aceptar, ya sé que la vida de muchos humanos, la mayoria tal vez, es irreversible en el sentido de que no se tiene ni la consciencia ni la educación y por tanto la sensibilidad del infinito, y dentro del infinito todo cabe...la permanencia, el cambio y infinitas cosas mas, por lo cual no acepto en ningun caso la irreversibilidad.

Kim Pérez dijo...

Irreversibilidad es una palabra muy fuerte, así es.

Se dice que "no digas nunca de este agua no beberé".

Quiero decir que la niñez y la adolescencia, como épocas de formación del arbolito que es nuestra vida, son decisivas para la forma que vamos a tener y no se puede volver sobre ellas porque no se puede volver atrás en el tiempo.

Sin embargo, he visto en los últimos años, en mis cincuenta y mis sesenta, tales cambios en mi manera de ver y de sentir, que debo ser muy prudente con lo que sea irreversible y lo que sea reversible.

Es irreversible, por ejemplo, el hecho de mi operación.


Kim