domingo, febrero 08, 2015

DESTINO


Kim Pérez


Hay partes de tu vida en las que consigues salirte con la tuya. El Destino es la parte de tu vida que va contra tu voluntad y después de todos los esfuerzos que haces para cambiarlo.

De modo, que el Destino existe. Lo ves, y te parece que tiene cierta lógica. Hay una imagen de la vida que hubieras deseado y otra imagen de la vida que es real. Hay quienes consiguen que se superpongan, y creen que su vida es obra suya. Hay otras personas que las vemos tan separadas, que vemos claramente el Destino. 

Ésta es nuestra ventaja.

Lo vemos tan fuerte, tan coherente, que nos podemos imaginar que es obra de alguien más fuerte que nosotros, que está a nuestro lado, y que se sale siempre con la suya. A veces, a nuestro favor, sorprendiéndonos agradablemente, y yo diría que más veces, fastidiándonos.

A veces lo llamamos el Tío Paco con las Rebajas, que estragan nuestros sueños. Como yo tengo una visión muy dura de la Inteligencia que está en el fondo de todo, le llamo Dios, y pienso lo natural: que él sabrá mejor que yo a dónde me lleva, aunque rabiando.

Por ejemplo, a estas alturas de mi vida me asombra el inmenso fracaso de mi vida sentimental. He conseguido, desde luego, dos cosas importantísimas para mí: salir del armario y operarme. También he conseguido, a partir de eso, tener algunos amigos y amigas que me quieren y a quienes quiero. Y sé que no es poco, aunque la mayoría estáis lejos.

¿Pero he conseguido vivir desde joven como trans? No. ¿Y ser aceptada como mujer, aunque haya sido en la madurez? No. ¿He conseguido enterarme siquiera de lo que es sexo, hasta el fondo? No. ¿Y he conseguido que alguien me vea como yo quería y me quiera, que era una de las ilusiones mías más grandes? No. ¿Que me desee? Anda ya.

Entonces, éste es mi Destino, porque hay que ver lo que he luchado contra él, y el balance de consecuciones y de fracasos es el que digo. Eso me tiene muy triste, sin más ilusiones, porque ésas, son las que han fracasado.

Me pongo a intentar comprender para qué es todo eso. Para lo que ha servido mi Destino es para hacerme pensar mucho sobre la vida. Es como un diálogo un poco amargado con Dios, que una vez me dio una sorpresa divertida, que sólo él podía darme, pero que muchas otras veces tiene que consistir en decirle "¡Qué pocas alegrías me has dado!" Y ya, sabiendo más, "¡Qué pocas alegrías le das a la gente que tengo a mi alrededor!"

Y, finalmente, "dime por qué".

1 comentario:

Manipulador de Alimentos online dijo...

Debe ser muy dificil la vida para las personas en esta situación.
Ojalá algún día cambien las cosas para vosotr@s y podáis vivir plénamente.