domingo, julio 24, 2011

Carolina



Hablo en esta página de cosas que me llenan el corazón... ahora que tengo setenta años y que he resuelto mis problemas sociales, que han sido siempre tan fuertes.

Tanto es así, que a veces se me olvida escribir de las personas que tienen o han tenido todavía frescos esos problemas sociales.

Son personas de muchas clases: hay personas jóvenes, aturdidas por su transexualidad, y rodeadas por familiares todavía más aturdidos, en el mejor de los casos... o por un muro de silencio.

Hay personas maduras que viven en ese silencio que ha crecido en torno suyo como una tapia (yo estaba así) o como un seto de árboles espesos, e intentan mirar hacia fuera, empinarse, y no lo consiguen. Mari, mi querida amiga de Jaén, tantas otras...

Hoy acaban de hablar en Tele5 Antonio y Amparo, los padres de Carolina, y me han recordado, como yo los recuerdo a ellos, con tanto cariño, sólo porque hemos hablado mucho de su hija Carolina, ahora una transexual veinteañera, y yo les pude comunicar lo que sabía por tantos años de tener mi propia mente en la transexualidad.

Tendría que escribir sabiendo que muchas personas de las que miran este blog no quieren saber cuestiones abstractas o teóricas, sino prácticas, de entrar en la realidad.

Esta noche habrá televidentes del programa en que los he visto que buscarán mis páginas en los buscadores o en facebook. Escribo esto: que encuentren algo, que luego, cuando entren días después, sigan encontrando algo.

Pongo copia de esta entrada en mi otro blog, http://transexologia.blogspot.com
Ahora mismo es muy abstracto. En adelante, si puedo, habrá mucha más información concreta y práctica.



1 comentario:

Basilio Pozo-Durán dijo...

En un artículo en la prensa argentina, a raíz de las últimas elecciones en la ciudad de Buenos Aires, donde por primera vez se votó en "mesas mixtas" (esto es, no separadas: en unas sólo hombres y en otras sólo mujeres), se comentaba el avance, pequeño pero necesario, hacia la "normalización" del colectivo transexual.

Sin embargo, a la hora de leer los datos para votar, en el documento de identidad continuaba figurando el "sexo administrativo" que continuaba siendo distinto del "sexo real" de la persona que se acercaba a votar.

Algunos de los comentarios recogidos en el artículo decían que cada vez más en la sociedad el sexo y el género están desapareciendo de los "rasgos de identidad", que una persona se define como de izquierdas o de derechas, de tal profesión, de tal religión, pero no como "hombre" o como "mujer", y que cada vez más es algo que está fuera del ámbito de la identidad y que sólo cuenta a nivel administrativo para perpetuar discriminaciones en base a una supuesta utilidad estadística (algunas personas se quejaban en el artículo de que con las mesas mixtas ya no se podía saber qué habían votado mayoritariamente las mujeres, ya que en el recuento de la mesa iba junto el voto de los hombres y el de las mujeres).

En fin, que no estoy de acuerdo con ese comentario de que el sexo y el género cada vez están más fuera de la identidad personal, de los rasgos que las personas utilizan para identificarse, para definirse respecto a otras personas, y creo que las personas transexuales sabéis más que nadie lo que significa poder identificaros totalmente como hombres o como mujeres (a todos los niveles, incluido el administrativo), y cómo vuestra identidad como personas estuvo incompleta, inacabada, hasta que pudistéis incorporar plenamente (sin tabúes ni imposiciones) el rasgo de sexo y/o género a vuestra identidad.

Hombres o mujeres, cada conjunto diverso en sí mismo, sigue siendo un rasgo importantísimo para construir una identidad propia, una personalidad.

Un saludo, Kim (me alegré mucho de que te nombraran ayer en la televisión).