El infinito se forma fácilmente en nuestra imaginación cuando pensamos en algo grande, que puede ser más grande, hasta llegar a lo más grande, incalculable.
Es un concepto matemático, con el que podemos hasta operar.
Las experiencias de gozo y dolor nos llevan también a saber que este concepto de menos y más hasta el infinito se puede aplicar a las sensaciones y los sentimientos y entonces toma el nombre de perfección.
Como concepto matemático, no es preciso que el infinito y la perfección existan materialmente; sólo es preciso que tengan un hueco para existir.
El infinito tiene que ser único; no puede haber dos o más infinitos que se limitarían unos a otros.
El interés por el Infinito, la Perfección y lo Único está en la misma naturaleza de la mente humana.
Es fácil percibir intuitivamente estas abstracciones. Es suficiente con ver el cielo estrellado o sentir el océano para intuirlo, aunque sea menester distinguir lo material, por grande que sea, de lo que representa como un símbolo, que pertenece al orden de lo no perceptible, pero concebible.
Como todas las Matemáticas, que sin embargo configuran la materia, que tiende imperfectamente hacia sus formas perfectas.
Cuando la vida humana está presidida por la conciencia del Infinito Único y de la Perfección, como tendencia de todo lo limitado e imperfecto, es equilibrada y serena.
Cuando está reducida a la conciencia de lo limitado, se dispersa en la multiplicidad y se angustia, pero no deja de buscar inconscientemente un goce infinito y perfecto.
2 comentarios:
Querida Kim:
Llevo tiempo queriendo contestarte a esto, sin saber qué decir en realidad...
Es asunto de cada cual, pero quizá, al considerar "lo infinito" yo tienda a pensar en dos... No en +infinito y -infinito, como las matemáticas, sino en lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande, y su relación (y por extensión en la "teoría del campo unificado")...
De alguna manera, siento que lo infinito=infinitamente grande (concepto base de las religiones teístas), no me explica nada lo suficiente...
Besos mogollón!
Me ha alegrado encontrar como sin pensarlo mucho el infinito matemático, es decir de las cantidades, y pensar que su existencia abre la puerta a la existencia de otros planos de lo infinito.
También el sentimiento del sol brillando en el agua, me ha llenado en algunos momentos de felicidad, o el de lo que más se parece al infinito de lo que podemos ver, el universo estrellado.
Como la vida material humana está tan llena de límites y decepciones, "tanto sufrir para morirse uno", pongo mi esperanza en esa dimensión que casi tocamos.
Soy platónica, no materialista...
Kim
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