miércoles, febrero 06, 2013

ESQUEMA DE LA TEORÍA DE CONJUNTOS DIFUSOS DE SEXOGÉNERO


ESQUEMA DE LA TEORÍA DE CONJUNTOS DIFUSOS DE SEXOGÉNERO

Por Kim Pérez


Actualizado  6 de febrero de 2013

Fundada de manera autónonoma en el concepto de “más o menos” aplicado a la feminidad (“¿Mujer o trans?”, ponencia de Kim Pérez en las Jornadad Feministas Estatales, Córdoba (España), 2000; inspirada en conceptos sexológicos (continuo homosexual/heterosexual de Kinsey), feministas (diferencia entre sexo y género, procedente de Robert  Stoller, 1960) y de la Teoría Queer (no cerramiento de las identidades de género);  luego formulada conforme a la Teoría de Conjuntos Difusos de Lotfi A. Zadeh, de 1963 y la noción de Atractor Extraño de Eduard Lorenz, 1965.

Dio lugar al grupo de Conjuntos Difusos de Granada, cofundado por Kim Pérez y Amets Suess, Granada, junio de 2009, con el apoyo de la Asamblea de Mujeres de Granada (incorporado Pablo Vergara Pérez) Presentada públicamente en las Jornadas Feministas Estatales, Granada, diciembre de 2009. Inspira el Proyecto de Ley Integral de Transexualidad de Andalucía, presentado por Izquierda Unida al Parlamento de Andalucía, diciembre de 2012, consensuado por la Asociación Conjuntos Difusos y la Asociación de Transexuales de Andalucía y elaborado principalmente por Ángela Gutiérrez Hermoso y Pablo Vergara Pérez. Será por primera vez uno de los contenidos docentes del curso en la Facultad de Educación de Granada impartido por Stefano Barozzi y Kim Pérez en marzo de 2013.

Es la primera formulación teórica procedente del medio transexual,  que parte de la posición central de la transexualidad, no marginal, dentro de la división sexogenérica del trabajo, la primera de la historia social. Robert Stoller, cisexual, formuló su visión de la diferencia de sexo y género a partir de la existencia de las personas transexuales.

= = =

Los conjuntos difusos de Lotfi A. Zadeh se definen porque sus elementos tienen un grado de pertenencia de +/- (mientras que los conjuntos cerrados se definen por sí/no {1, 0}

La Teoría de Conjuntos Difusos sirve para hacer cálculos sobre flujos y otras realidades variantes en +/- (afluencia a metro, tallaje, etc) o para entender mejor ciertas realidades en la teoría y la práctica social.

El Código Penal de Género vigente en la civilización contemporánea (no en otras) divide a las personas en conjuntos cerrados de sí/no: ¿Varón? Sí/no; ¿mujer? Sí/no. El resto son ignorados o tratados o marginados o negados o criminalizados; incluso aprisionados o ejecutados.

Pero

=la realidad del sexogénero se puede entender como un sistema de conjuntos difusos, ya que empíricamente sabemos que las personas somos +/- viriles, +/- femeniles. Todos encontramos un lugar dentro de un sistema de transiciones (+/-)

Hay también dos atractores estadísticos abstractos, F y M (femenino y masculino), a los que se acercan +/- todos los elementos. Este concepto se forma a partir del de “atractor extraño”, de Eduard Lorenz, que describe una serie de curvas más o menos cercanas a un espacio vacío, que conforme se alejan comienzan a gravitar en otro igualmente vacío que forma un par con el primero. Los atractores F y M son espacios vacíos puesto que no existen hombres puros ni mujeres puras y las personas reales orbitan más o menos cerca (o más o menos lejos) de ambos, en un sistema único.

Puede entreverse  una causa biológica de esta difusividad,  que se puede hipotetizar así:

Sobre una morfología inicial asexuada (dos tetillas + tubérculo genital) la diferencia XX o XY (u otras variantes minoritarias) puede o no (esto es sí/no, 1, 0) determinar una androgenación menor o mayor (-/+) del humano en gestación. Si hay 0, o androgenación -/+ cercana a 0, evoluciona en forma -/+ cercana al atractor F; si es -/+ cercana al máximo conocido, evoluciona en forma -/+ cercana al atractor M.

Los flujos +/- grandes de andrógenos llegan en distintos momentos: formación de los genitales (-/+ desarrollo del tubérculo genital) , configuración del cerebro diferenciada en capas arcaica, media y moderna (MacLean): -/+ masculinización de cada una de ellas.

Tomemos como referencia de conducta sexual biológica en los primates a los mandriles que, al trasladarse, trazan  dos círculos en torno a los hijos: uno externo, por los machos, de defensa agresiva frente a ataques externos, y otro interno, por las hembras, de defensa protectora y directa de los hijos.
                                                                                               
Los flujos mayores y los menores dan lugar a conductas de círculo externo en las personas definibles como varones y a conductas de círculo interno en personas definibles como mujeres. 


Este esquema abstracto está fundado en las diferencias androgénicas. Como éstas forman un continuo, se puede afirmar que en los dos círculos habrá líderes y seguidores, más o menos androgenizados o androgenizadas. Pero la observación real, mostrará que hay también personas XX que se incorporan al círculo exterior, personas XY que se incorporan al círculo interior, otras personas XX o XY que se sitúan permanentemente entre ambos, y que las personas XXY, XXX, X0, etcétera, se sitúan bien en los círculos definidos, bien entre ambos.

La biología hipoandrogénica en personas XY o afines, y la hiperandrogénica en personas XX o afines, la biología en abstracto son eficaces para condicionar conductas imprevisibles entre ambos círculos de manera algo indefinida; pero hace falta pensar en la biografía personal y la cultura ambiente para entender las identidades definidas resultantes.  

  
Los fenómenos biológicos, infraestructurales, y los epifenómenos biográficos, superestructurales, se hacen conscientes en las identidades, que son hechos de conocimiento de sí con valor afectivo, afirmativo o negativo.

 Como tales hechos de conocimiento, las identidades evolucionan, se transforman; no son irreversibles a partir de los tres años, como suponía Kohlberg, sino que pueden desarrollarse y variar como todo conocimiento; no son esenciales sino históricas.

Estos hechos de conocimiento dependen en gran parte de intuiciones, más que de razonamientos; ahora bien, las intuiciones son de por sí incomunicables; por eso es ilusorio e imposible que una persona ajena intente definir la “verdadera” identidad de otra persona.  La identidad, como intimidad, es inaccesible e incomunicaable en su intensidad, connotaciones, etc

Las identidades personales se agrupan espontáneamente por afinidades. Recordando los atractores de Lorenz, la mayor parte de las personas se sitúan cerca de los atractores vacíos. Pero minorías importantes se sitúan más y más lejos de cada uno de ellos, pudiendo formar otros subconjuntos de afinidad.

= = =

Se entiende por Código de Género el de carácter penal, consuetudinario o escrito, que constituye la columna vertebral variable de cada sociedad, puesto que, históricamente, la división sexogenérica del trabajo constituye la primera de las estructuras sociales. Su carácter penal se observa en que está constituído por una serie de transgresiones y sanciones muy graves, que pueden ir de la irrisión o burla social (como mínimo) a la expulsión de la familia o del trabajo, y en algunas épocas y culturas, a la cárcel o a la muerte.

Hablaré ahora de “mujeres” y “hombres” como  abstracciones que forman los espacios realmente vacíos del interior de los dos atractores. El análisis de los distintos Códigos de Género puede mostrar un núcleo fijo y una serie de consecuencias de libre configuración. El carácter general, universalizador, de las normas del Código de Género, que son válidas para “todos”, muestra que está dirigido a estas abstracciones y no a personas concretas, en su inmensa variedad.

La lógica del núcleo fijo se funda en las capacidades diferenciadas de “mujeres” y “hombres” respecto a la procreación.

Se supone que las “mujeres”, (en general, abstracción) conciben y, dado que nuestra especie es mamífera, quedan preñadas, amamantan o cuidan; forman el círculo interior de defensa de los hijos (físico en los mandriles) Sería más concreto hablar de la función de madres y no de mujeres.

Se observa como hecho real, al margen de abstracciones, que el círculo interior llega a ejercer un cuidado colectivo, pero directo, ejercido por mujeres o varones, que se suma al cuidado  personal de los propios hijos. Ese cuidado colectivo directo puede verse en la enseñanza; en la cocina colectiva;  en la pediatría…

Los “hombres”, (en general, abstracción) engendran y quedan libres; forman el círculo exterior de defensa de los hijos (físico en los mandriles) Sería más concreto hablar de la función de padres, y no de hombres.

Se observa como hecho real, al margen de las abstraccionres, que el círculo exterior incluye los trabajos duros y a distancia que pueden ser inviables para las madres así como las actividades de defensa armada. De las sociedades primitivas, muy dependientes para su supervivencia de la fuerza física y personal, se pasa en las sociedades evolucionadas a que la supervivencia dependa del acceso a la cultura, compartible por todos, que se sitúan por tanto en el círculo exterior, cuyas relaciones con los niños son más lejanas.

Las personas reales nos integramos en órbitas espirales más o menos cercanas a esos espacios vacíos de Feminidad y Masculinidad abstractas. Los Códigos de Género represivos niegan o prohiben estas variaciones reales; los Códigos de Género permisivos pueden afirmar su legitimidad.

En la medida en que los Códigos de Género represivos niegan la realidad y obligan a reprimir a toda la sociedad para conformarse a ellos y a penalizar a una parte considerable de los componentes de esa sociedad, deben ser sustituídos por un sistema de Libertad de Género en el que cada persona se sitúe socialmente donde se sienta más adecuada.

Por tanto, los actuales Códigos de Género vigentes en cada sociedad, deberán ser sustituidos por una Carta de Derechos de Género.

= = =


Utilidad objetiva de la realidad difusa del sexogénero: las variaciones mejoran la capacidad de adaptación social a un medio variable (condiciones primitivas: utilidad prioritaria de los varones muy hiperandrogénicos o físicamente activos y las mujeres muy hipoandrogénicas o maternales o físicamente pasivas; condiciones modernas: utilidad prioritaria de las personas –varones, mujeres, intersex- mesoandrogénicas, reflexivas, con mayor acceso a la cultura)


Utilidad subjetiva de la Teoría de Conjuntos Difusos de Sexogénero: Mejor comprensión de la realidad sexogenérica humana; racionalización de las actitudes abiertas; aceptación de formas muy variadas de ser y de convivir; profundización en la autonomía personal, o autodeterminación de género (yo soy yo), no en la inclusión forzada en el modelo de conjuntos cerrados de sexogénero (M o F, sí/no)

No hay comentarios: