martes, febrero 13, 2007

La conferencia de ayer





Ayer tuve una conferencia en Nos, la asociación gay y lésbica de Granada que me es tan querida porque la fundaron mis amigos Pedro Mendoza y Jorge Puchol.

Hablé de todas estas cosas en público, lo que me obligó a hacerlas pasar el examen de la verdad que da el tener que ponerlas ante otras personas, vistas, presentes. Por eso voy a poner aquí lo que dije.

Empecé diciendo que en el género hay un factor biológico y otro biográfico. Este punto de vista es decidirse, porque la teoría de género que hoy predomina no reconoce en la práctica la parte biológica.

Llamo parte biográfica a los hechos que han ocurrido en la vida de cada cual y que la han marcado, sin poder quitarlos, porque son la historia personal.

Luego pasé a decir que el género va de un extremo masculino (Schwarzenegger) a otro femenino (Marilyn Monroe) formando un continuo, y que en la realidad realísima no hay sólo hombres y mujeres, sino intersexos, más o menos cerca de cada extremo.
Recordé que la cultura actual reconoce todavía sólo la existencia de hombre y de mujer, y se olvida de los intersexos, sin embargo igual de reales.

Añado ahora que la disforia viene de un conflicto o trauma con el sexo originario, que necesita una solución. Lo que dije fue que el conflicto puede venir de ser más o menos intersexo y ver que no se ajusta con el modelo A; pero también de ver que tampoco se ajusta con el modelo B, al que la simplificación cultural presiona para adaptarse.

Conforme lo decía, y para mis propias dudas, iba diciéndome que lo que siempre me he sentido es un varón ambiguo, porque lo soy, y que ésta es mi verdadera identidad, que me sitúa más o menos en el espacio de los intersexos y que me produce la disforia porque veo que no ajusto con el modelo A y también con el B.

Una muchacha americana, de piel lechosa y ojos quizá grises, observa entonces que si la sociedad fuera tolerante, abierta y reconociera la existencia de intesexos y su expresión normal, no habría disforia. Me quedé pensando y le dije que me parecía verdad, y de hecho que lo va siendo, en la medida en que vivimos en una sociedad mucho más abierta que la de hace treinta años.
Ella y otra muchacha española me dijeron que era pesimista, pero les hice ver que los avances suelen ser lentos, pero a veces seguros.

También dije que la idea de transexualidad viene producida por la antigua idea de “si no es A, entonces B”, pero que si se tiene en cuenta que entre A y B está lo intersexual, entonces se abren muchas posibilidades de expresión o de la intersexualidad o de la disforia, no sólo el pase de A a B.

Bueno, esto lo estoy viendo ahora mucho más claro de lo que lo dije ayer.

Lo que saqué de conclusión de mi propia conferencia (porque hablando clarificas tus propias ideas) es lo de que yo soy un varón más o menos ambiguo (también hablé de lo de más o menos), que siempre lo he sabido, que eso es lo que me ha producido la disforia, y que sé que no puedo ser del todo A, pero tampoco B, por lo que puedo quedarme en este terreno de lo intermedio, en el que de hecho estoy.

1 comentario:

Anónimo dijo...

>... sociedad abierta y reconociera la existencia de intesexos y su expresión normal, no habría disforia. Me quedé pensando y le dije que me parecía verdad, y de hecho que lo va siendo, en la medida en que vivimos en una sociedad mucho más abierta que la de hace treinta años.

Yo diria que hoy dia, en el mundo occidental y salvo excepciones , la sociedad (aun machista) admite, tolera e integra a mujeres intersexuales,como tu sin ir mas lejos.

Pero por alguna extraña razon, los hombres no pueden ser intersexuales. Se ha conseguido que algunas etiquetas como la de gay no sea sinonimo de desgracia familiar, pero el genero masculino aun no tiene el abanico de opciones donde encasillarse. Ni emocionalmente ni laboralmente.

El dinero, tan importante hoy dia, no es facil de conseguir. No suelen haber muchos cajeros de supermercado, ni limpiadores de habitaciones de hotel, ni niñeros , ni.....

Sigue habiendo machismo, recemos para que no se de la vuelta a la tortilla y se nos vaya de madre el hembrismo.

Propongo como medidor de la importancia del genero en una sociedad, la deteccion de casos de machismo y hembrismo.

Cuanto mas machismo y/o hembrismo haya , mas importancia le da la sociedad a pertenecer a un genero u otro.

Mónica