martes, octubre 29, 2013
¿QUÉ REVOLUCIÓN?
Kim Pérez
La revolución es Cambio, palabra grande como el Universo, esperanza para todos los humanos, lo sepamos o no; Olas de la materia (lo que cambia) alzándose y cayendo, con nosotros o sobre nosotros.
En este mundo nuestro, es el eje moral de muchos desesperados antisistema, ansiosos de un mundo mejor, que incluso la mitifican: Llegará un día, no sé cómo, no sé qué, pero la preparamos con nuestras intuiciones. Tiene que haber libertad… tiene que haber igualdad… tiene que haber fraternidad… tiene que haber prosperidad… tiene que haber creatividad… La alegría tiene que llenar el aire…
Esto está claro. También está claro que el poder actual, no ya en manos del capital, sino de las finanzas, desmesurado, muy por encima, enormemente, como sus rascacielos, del poder de quienes vivimos en casas de uno, dos o tres pisos, es también enormemente peligroso, en cuanto controla los medios de comunicación y de información. Frente a él, somos Neo frente a Matrix.
Pero el intento anterior de Revolución, la Soviética, la de la Planificación Económica frente al Libre Mercado, se hundió en 1989, por ineficiencia y error. Entonces, para encaminar las ansias de Cambio, por dónde vamos, cuál es la Revolución que se abre ante nosotros, qué Revolución?
Las olas están ya alzándose delante de nosotros, y como son tan grandes, nos alzan y no las vemos. Mirad alrededor, mirad vuestra rutina, que como es rutina, es imperceptible como el respirar. Es uno de los tres únicos grandísimos movimientos tecnoeconómicos de la historia, la Revolución Agraria, la Revolución Industrial, y ésta, la que vivimos, más grandes que cualquier Imperio, que nace y muere, mientras el cambio sigue, más grandes que cualquier Religión, que son la consecuencia de uno de esos cambios, ante la incertidumbre humana.
Ahora los cambios se están acelerando, vertiginosamente. Estamos viendo delante de nosotros nuevos tipos humanos y nuevas formas de entender y hacer que ignorábamos hace sólo veinte años. Estamos en pleno fragor del cambio. ¡Abramos los oídos, abramos los ojos, abramos las mentes! Los terminales del cambio están en todas nuestras mesas y todas nuestras manos, los ordenadores y los móviles. Sus héroes son individualmente los hackers y masivamente todos los que buscamos datos, nos comunicamos aunque sea virtualmente, y participamos en el cambio radical de la vida que se está produciendo a esta escala planetaria desde hace esos veinte años, un cambio tan inmenso que llena todos los rincones de nuestra existencia material, y cuyas potencialidades están por afirmar… y también entre las personas transexuales que estamos viendo vivir nuestras identidades gracias a la tecnología biológica…
En este mundo nuestro, el poder es conocimiento, o el conocimiento es poder, está en manos de los que saben hacer cualquier cosa, tienen el know how. el "saber cómo". El poder no es bueno ni malo, es poder hacer, depende de lo que se quiera hacer, de lo que se pueda hacer (verbo poder) y por tanto, ahora, depende directamente del conocimiento.
En otras épocas, el conocimiento requerido para tener poder se basaba en unas cuantas técnicas artesanales, que el poder podía comprar con facilidad. Los terratenientes labradores podían alimentar guerreros que conocían las técnicas de las armas, pues con ellas venía el poder.
Luego, el conocimiento requerido fue algo más complejo, pues hicieron falta libros de física elemental (para los parámetros de hoy), para hacer las máquinas que dieron el poder económico y político a los industriales.
Hoy, hacen falta a la vez personas que tengan conocimientos tecnológicos complejísimos y personas que tengan conocimientos históricos más sencillos (como los que estoy explicando) para alcanzar el poder en nuestro tiempo y para entender lo que tenemos en las manos.
Los científicos nos están llevando, mediante complejísimos cálculos, que requieren ordenadores, a otros planetas, pero como no suelen saber de historia, el impersonal sistema los absorbe con facilidad y los compra. Los informáticos, los hackers, como suelen entregarse a sus pantallas y tampoco suelen saber historia, están siendo también comprados por el mismo sistema… Pero unos y otros son los que tienen el poder del conocimiento, del know how, en sus manos… Nadie sabe más que ellos… Nadie sabe cómo se hacen las cosas, fuera de ellos… Pero no saben historia, y por tanto son manejables… Son simples objetos para la construcción de un poder… Pero cuando quieran ser sujetos del poder lo verán materialmente entre sus dedos, dejando que crezca otro… Y entonces dirán “¿para qué?”… y responderá la historia.
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