lunes, septiembre 18, 2006

Interpretación

De lo que he contado, saco la siguiente interpretación. Mi inadaptación al promedio varonil, difusa en la niñez, se definió en la pubertad como masculinidad pobre, manifiesta en los siguientes factores:

Atracción sexual hacia lo femenino, pero nunca concentrada en nadie y muy poco corporalizada (interés por los pechos)

Rechazo de las mujeres concretas al ser previsible alguna relación, por razones estéticas fundadas en mil pretextos.

Rechazo sexual hacia lo masculino, físicamente determinado (piel, facciones, formas, etc)

Idealización de la homofilia o intensa amistad intramasculina, que incluye la valoración de la belleza y la afinidad personal.

Rechazo, desagrado, incomprensión, desinterés por las funciones sexuales masculinas (penetración) y negación a identificarlas como mías.

Rechazo, repugnancia, vergüenza a ser entendido como varón heterosexual.

Afán de amputación de las adherencias genitales que devuelve a mi cuerpo unas líneas puras que lo hacen digno de amor infinito y me permiten la afirmación de mí.

La potenciación de la homofilia podría haberme hecho más aceptable a mis ojos en la adolescencia (asexualidad u homosexualidad pasiva), pero no hubo ocasión, por lo que la profundización de estos tres últimos sentimientos me ha llevado a un proceso de origen masculino que es mi transexualidad feminizante.

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