viernes, marzo 30, 2012

Matemáticas, Negentropía/Entropía, Transexualidad, Yo

0. La relación de las Matemáticas con la Materia es la de una Lógica anterior a los procesos energético/materiales.
1. Esta Matemática se aplica tanto a los procesos ordenadores (Negentropía) como a los desordenadores (Entropía) En Biología la Negentropía está en el orden evolutivo desde los unicelulares inconscientes a los pluricelulares conscientes, y la Entropía en las muertes individuales y extinciones colectivas y en el hecho de que clases enteras de estas entidades (los animales) necesiten para vivir la muerte de otros (vegetales y animales)
2. Ésta es la perspectiva que necesito para entender mi consciencia y la forma de consciencia que es mi transexualidad, y no la perspectiva contraria, que sería empezar por pensar en la transexualidad. Ésta es una variante de la sexualidad, comprensible matemáticamente por la Teoría de los Conjuntos Difusos, que puede llegar a la negación personal del orden sexual binario (Entropía), pero al salir de él, estimula la consciencia del género y la consciencia de sí (Negentropía)

sábado, marzo 24, 2012

Práctica



Lo que voy a decir puede parecer teoría, pero es práctica, tanto, que lo que pretende es evitar terribles sufrimientos.

Las personas transexuales nos dividimos en las que siempre se han sentido hombres o mujeres, pese a su apariencia femenina o masculina, y las que nos hemos sentido más en un terreno intermedio.

Nosotras, o nosotros, o nosotres lo tenemos más fácil. Es verdad que somos personas... intermedias. La misma palabra transexual lo dice. Yo pensé una vez que la gente puede discutirnos si somos mujeres u hombres, pero no puede discutirnos que somos transexuales.

Para las primeras es más complicado. En principio, es más fácil: se sienten mujeres u hombres, y punto. Así es cómo la evidencia de que su cuerpo está en contradicción con su cerebro puede ser máxima. Pero el cerebro es lo que manda en el ser humano. Y la evidencia de que "las otras personas no ven lo que yo veo" es también máxima y dolorosísima.

Se trata de un enfrentamiento total entre la mente o el cerebro y el resto del cuerpo. O entre el pensamiento y la materia. O entre el software y el hardware. Aquí está la solución.

Porque el pensamiento humano puede equivocarse. Una equivocación en el pensamiento humano es el binarismo de sexogénero: pensar que solo existen hombres y mujeres y punto, como dos realidades completamente distintas, dos continentes separados por un gran océano.

La realidad es que el cuerpo humano está preparado en principio para ser ambiguo: todos los humanos tenemos dos mamas, todos tenemos un tubérculo genital. La división XX/XY hace que cada uno de esos órganos comunes se desarrolle más o menos, en una larga secuencia, en la que pueden originarse las intersexualidades.

Una de ellas es la nuestra. Por eso, las personas transexuales somos intersexuales. Quisiéramos que no, pero la realidad es más blanda que nuestros pensamientos, y nos dice, suavemente: "Eres bastante hombre, o bastante mujer..."

La realidad es no binaria, la de todos/as/es, más o menos. El pensamiento es binarista, funciona con esquemas binarios de sí o no. Comprender esto puede ser el fundamento de nuestra serenidad.

miércoles, marzo 21, 2012

Tempus non fugit


Si el tiempo fluyente es una forma de percepción de nuestra mente limitada, una realidad subjetiva, por tanto, y no una realidad objetiva, fuera de ella.

Si la Física ofrece una prueba con las observaciones de partículas cuyos movimientos son reversibles en el tiempo (es decir, que van de ahora hacia atrás, no de ahora hacia adelante), lo que indica que todavía existe el pasado y por tanto ya existirá el futuro.

Si, en estados alternativos de conciencia (en el sueño, por ejemplo) podemos ver el futuro, que según nuestra actual suposición, no existiría todavía (y por tanto existe ya), como le pasó a una querida alumna, que vio una noche cómo su hermano sufría un accidente, y vivía amargada, porque no le dijo nada, y su hermano lo sufrió al día siguiente.

Si podemos pasar alguna vez de estos tres "si" condicionales a una afirmación más fuertemente comprobada, entonces la realidad nos ofrecerá una imagen muy distinta.

En ella, todo existirá siempre, intemporalmente. Nuestras existencias serán fragmentos eternos de esa realidas, con un principio y un fin espaciales, no fluyentes. Las relaciones causa/efecto, que asociamos con el tiempo (la causa está antes del efecto), se verán como cercanías espaciales.

Nuestra conciencia, como muestran las precogniciones, podrá salirse del espacio y verlo desde fuera, como un espectáculo. Desde allí verá eternamente los mismos gozos o los mismos horrores, pero ella estará fuera de todo.

Ella verá su participación en lo que haya sucedido, lo que llamamos dentro del tiempo su culpa o su amor, su libertad para elegir lo uno o lo otro, pero, a la vez, conocerá desde fuera esa dimensión profunda de sí misma en la que ella no es culpable ni inocente, solo una espectadora maravillada de una realidad inmensa, un cuadro prodigioso.

O una novela que, mientras se lee, nos salimos de nuestro tiempo y entramos en el suyo, capítulo primero, segundo, tercero... Vemos su principio, su argumento, la secuencia de las vidas descritas en ella, ignoramos su final, pero llegamos a él...

Y al cerrar el libro, todo queda contenido entre sus pastas, perpetuamente, inmóvil, hasta que alguien las abre de nuevo, para recomenzar...

jueves, marzo 15, 2012

Natural: bonobos; matriarcado...

¿Es natural la homosexualidad, el matrimonio homosexual, la transexualidad?

La realidad de unos homínidos primitivísimos, los bonobos, o chimpancés enanos, muestra que resuelven las tensiones con sexo promiscuo entre todos, varones o mujeres, unos con unos, unas con unas o unos con unas, y que expresan así su alegría; su organización es matriarcal, sin parejas.

El matriarcado existió también entre los humanos en el Neolítico y la Edad de Bronce, según descubrió Robert Graves, a partir de la Mitología griega. Las madres, como creadoras de la labranza y dueñas de las tierras, mandaban en la organización social, según sus criterios y preferencias; las familias eran naturalmente matrilineales; no formaban parejas, no existía el matrimonio, sino que se unían libremente con los hombres que preferían (a los que, supongo, se seguía respetando la caza y la guerra ¿defensiva?), y mantenían respeto hacia la ambigüedad sexual o la emasculación (ejemplos: del culto de Astarté o Venus con sus consagradas travestidas al mito de Cíbeles, una forma de la Gran Diosa Madre, y Atis, quien en la locura del amor por ella o lo que representa, se emascula)

Este matriarcado del Neolítico y del Bronce terminó cuando se produjo la invasión de los jinetes de la Edad de Hierro, dueños de rebaños, patriarcales y obsesionados por la familia patrilineal, que no es natural, por sus incertidumbres, lo que les llevaba a querer dominar a las mujeres y a apartar a los homosexuales. Su lógico Dios Padre, dejó de serlo en la Dualidad Madre-Padre y aspiró a ser Dios Único.